El
Sevilla FC superó con claridad al
Real Betis en el segundo derbi liguero de la temporada, mucho más de lo que indica un marcador (2-1)
maquillado en el alargue por
Canales, pero que no oculta la diferencia de
actitud entre los dos máximos rivales hispalenses. A los locales les bastó un primer tiempo
abrumador, en el que impusieron su
fiereza y sus
ganas, robando el balón a un visitante que
sufre sobremanera sin él. Dos acciones en las que
Bravo, que volvía al once, no estuvo fino decantaron el encuentro en el intermedio, defendiéndose en el segundo con orden los de
Lopetegui ante el
tímido despertar de los verdiblancos.
Arrancó
intenso, como no podía ser de otra forma, El Gran Derbi, con un anfitrión
encorajinado por los rescoldos del duelo cainita de
Copa del Rey, hasta el punto que se reclamaron dos penaltis en apenas cuatro minutos. El primero, tras ganar bien la espalda en el área
Joan Jordán a
William Carvalho, que le agarró levemente de la camiseta, insuficiente, según Del Cerro Grande, para derribarle. A renglón seguido, sí pareció que
Bartra trababa a
En-Nesyri, pero el
VAR ratificó la decisión previa del colegiado: el marroquí partió de posición ilegal. Pero el arreón nervionense no cesó ahí, porque
Navas, que había recibido entre líneas del
Tecatito, cruzó demasiado su remate desde cerca, mientras Youssef forzaba el paradón de
Bravo a renglón seguido.
No salía de su área el conjunto de
Pellegrini, encerrado por el empuje de su eterno rival. Así, Marc se cruzaba milagrosamente para mandar a córner un zurdazo
peligrosísimo de Corona. Los verdiblancos debían enfriar un poco ese tremendo arranque blanquirrojo, lo que ocurrió con una tangana:
Diego Carlos frena la escalada de
Fekir y el campeón del Mundo, desequilibrado, da un manotazo al mexicano, propiciando una refriega en la que
Canales y Jordán terminan enfrentados y
amonestados. De todas formas, no estaba nada cómodo el conjunto visitante, superado en los
cruces y
desposeído del balón y, por ende, de la
iniciativa. La clave estaba en la presión alta de los pupilos de Lopetegui a los oponentes llamados a manejar el juego, tremendamente eficiente.
La clara
tendencia del derbi inclinaría la balanza del lado sevillistaen el ecuador de esta fase. Tecatito desbordó con su mejor arma, el vértigo, a
Álex Moreno y asistió a
En-Nesyri, que apenas habría podido encarar a Bravo de no ser por el despeje fallido de Bartra, que se la dejó franca para que el chileno lo derribara claramente al verse regateado.
Rakitic no perdonó, engañando al portero suramericano con un disparo pegadísimo al palo. No cesaron la tendencia ni los ánimos caldeados, apretando la escuadra local a un vecino claramente noqueado. De hecho,
Munir vio cómo su disparo era bloqueado a la postre por un defensor, tras la enésima
penetración del Sevilla por los costados. El atacante hispano-marroquí sí atinaría a cuatro del intermedio, tras un saque de puerta de
Bono que amagó con peinar su también compatriota
En-Nesyri para que nadie pudiera frenar la cabalgada del ex culé, ayudado por las
manos blandas de Bravo en su zurdazo cruzado.
Pellegrini, lógicamente, tenía que arriesgar enseguida en la reanudación, pasando a
Canales al doble pivote e introduciendo más potencia con
Ruibal, aunque los otros dos cambios, uno por bando, fueron por molestias: ni Diego
Carlos, que forzó para llegar tras lesionarse en Zagreb, ni
Fekir, lastimado por
Acuña en esa fea entrada del primer tiempo, pudieron aguantar más. El guion variaría
sensiblemente, con los de Lopetegui agazapados a la espera de una
contra con la que engordar su triunfo, mientras que el Betis aumentó, al menos, la
agresividad en el achique para intentar que Bono pasase algún apuro, que rondaron
Borja y Aitor nada más reiniciarse la contienda, amén de
Joaquín después, con su habitual amago de gol olímpico, y
Bartra, que la mandó fuera con todo a favor desde la frontal.
En el 63,
Tello sí acarició el 2-1, pero su derechazo ajustado desde el vértice, que se envenenó al toca en Navas, lo desvió a córner
Bono con una gran estirada a mano cambiada. Buscaba meterse como fuese en el partido el Betis, que volvió a avisar con una colada de Bellerín que vio Joaquín para que el todavía lateral del Arsenal la dejase atrás y
Ruibal disparara
ligeramente alto. Los nervionenses comenzaban a pagar un poco el
esfuerzo del primer tiempo, si bien el ritmo de su oponente, por ahora, no le complicaba en exceso. Incluso, una contra de Acuña terminó con el
Tecatito disparando al lateral de la red.
Los últimos coletazos verdiblancos tuvieron más enjundia, pero el desacierto continuaba. En la más clara de toda la tarde,
Joaquín encontró bien entre líneas a
Bellerín, con calma para ganar línea de fondo y ponerla al segundo palo, donde
Álex Moreno, solo y con ventaja, la empalmó a las nubes. Un golazo de falta directa de
Canales casi con el tiempo cumplido fue lo último reseñable de un derbi decidido en un excelente primer tiempo del
Sevilla FC, tremendamente
superior en todo (
intensidad, fútbol, pegada) al
Real Betis, que ve cómo la distancia con el segundo aumenta a ocho puntos, más el 'goal-average' particular, amén de que vienen apretando por detrás
Atlético, Barcelona o Villarreal. El consuelo, eso sí, puede llegar el jueves si los de Pellegrini son capaces de meterse en la final de la
Copa del Rey.
FICHA TÉCNICA.-Sevilla FC: Bono; Jesús Navas, Fernando, Diego Carlos (Gudelj 46'), Acuña (Augustinsson 81'); Delaney, Joan Jordán (Óliver Torres 76'), Rakitic; Tecatito, Papu Gómez (Munir 30') y En-Nesyri (Rafa Mir 81').
Real Betis: Bravo; Bellerín, Bartra, Víctor Ruiz, Álex Moreno; Guido Rodríguez (Paul 77'), William Carvalho (Aitor Ruibal 46'); Canales, Fekir (Joaquín 46'), Tello; y Borja Iglesias (Willian José 70').
Árbitro: Del Cerro Grande (madrileño), con Martínez Munuera (valenciano) en la sala VOR. Amarillas a los locales Joan Jordán, Acuña, Bono, Augustinsson y Fernando, así como a los visitantes Canales, Tello, Guido Rodríguez y Aitor Ruibal.
Goles: 1-0 (24') Rakitic, de penalti;
2-0 (41') Munir;
2-1 (94') Canales.
Estadio: Encuentro correspondiente a la jornada 26ª de LaLiga, disputado en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla, ante 37.250 espectadores, con unos 600 béticos. Las restricciones sanitarias limitaron todavía al 85% el aforo permitido.