Zenit-Real Betis (2-3): Vivo y feliz tras la 'ruleta rusa'

Zenit-Real Betis (2-3): Vivo y feliz tras la 'ruleta rusa'
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 8 min lectura
Ganan por castigo los de Manuel Pellegrini, incluso plagados de rotaciones y en el reestreno de su versión 'EuroBetis'. La amplitud del catálogo verdiblanco es una realidad incontestable, como la fe en un estilo, basado en la presión y en la pegada, que hace estragos ya allende las fronteras españolas. Y eso que el Zenit levantó un 0-2 y asustó por momentos gracias a sus brasileños y a Dzyuba, con el travesaño aliándose con los foráneos, pero nada pudo evitar un 2-3 ilusionante con el que ya se llegó al descanso, fruto de un intercambio de golpes eléctrico, y que deja las cosas muy de cara para la vuelta, que se disputará el próximo jueves (21:00 h) en el Benito Villamarín.

No pudo empezar mejor el partido en San Petersburgo, ya que, antes de que se cumpliera siquiera el minuto 7, Guido Rodríguez adelantaba a los verdiblancos de soberbio cabezazo, tras una falta forzada por Sabaly y colgada de manera maravillosa por Joaquín. Se lució (ironía on) Rakitskiy, que salió de su zona para 'cazar' al ex del Girondins y luego marcó de aquella manera al argentino, que marcó perfectamente los tiempos. Un tanto que daba templanza a los visitantes, que saltaron con siete cambios en su alineación respecto al equipo que goleó en el Ciudad de Valencia, en parte por las importantes ausencias de Canales (Covid-19) y Fekir (sanción).

Pero el Betis está en un estado de forma y confianza tal que funciona a las mil maravillas, con una ilusionante velocidad de crucero. La aprovechó Willian José enseguida para reivindicarse con una gran transición en la que conduce casi desde el círculo central para resolver con un derechazo ajustadísimo al palo, imposible para Kerzhakov, que ponía los octavos más cerca aún para la escuadra de Pellegrini. Sin embargo, la lógica reacción azulina obtendría igualmente recompensa muy pronto, apenas cumplido el ecuador de esta fase. Así, tras un doble intento bloqueado de Dzyuba y Malcom, el gigantón se impuso por alto en un gran centro desde la derecha para cabecear al fondo de la red, mientras que el ex culé cruzaba al palo contrario un mano a mano con Rui Silva.

Pleno de efectividad de ambos equipos y todo como estaba al principio, pues el valor doble de los goles en campo contrario ha desaparecido de las eliminatorias a nivel nacional y continental. El volteo en las sensaciones era una evidencia que estuvo a punto de materializar de nuevo Dzyuba, pero su nuevo testarazo, tras superar otra vez por arriba a los centrales heliopolitanos, se marchó por encima del larguero, punteado por si acaso por el meta luso. Sufrían, como de costumbre, los sevillanos en los centros laterales, pero más de lo esperado con los balones filtrados por dentro, especialmente cuando conectaban los brasileños del Zenit. Casi todo el peligro de los verdiblancos llegaba ya con pases en largo a los desmarques de Juanmi, que hacía daño a la espalza de la zaga anfitriona.

Seguía confiando el Betis, como durante toda la temporada, en el intercambio de golpes, consciente de sus limitaciones, aunque también de su enorme pegada. Por eso, volvió a ponerse por delante al filo del descanso por medio de Guardado, que definió con clase en el uno contra uno, después de un error grosero de Kerzhakov en la salida que castigó Aitor Ruibal con un robo y un enorme pase interior al mexicano. Tocaba prolongar en la reanudación las prestaciones del inicio y el final de la primera fase, no de su corazón. Con todo, era previsible el paso al frente de los pupilos de Semak, que introdujo un doble cambio ante el desfavorable guion.

Sin renunciar a su estilo, protagónico y vertical, era el momento de serenarse para los de Pellegrini, aplicándose en defensa para no dar tantas facilidades y encomendándose a su fenomenal capacidad ofensiva para, de ser posible, mejorar el marcador. Lo procuró el 'Ingeniero' metiendo al que, quizás, sea su hombre más en forma, William Carvalho, que relevó a Joaquín como improvisado mediapunta, al tiempo que Tello daba descanso a Juanmi en pos de incrementar la velocidad por fuera. La nueva disposición, además, permitía a los foráneos implementar de manera más eficiente su clásica presión alta y el achique tras pérdida, si bien la mejor noticia es que el tiempo pasaba con poco que reseñar.

Cumplido el ecuador, se reprodujo el sufrimiento bético, pero Álex Moreno se cruzó 'in extremis' para evitar el remate a quemarropa de Krugovoi, mientras que el larguero evitó el empate de Kuzyaev, que había castigado una pérdida innecesaria de Sabaly, tras el gran pase de Malcom. La respuesta, contundente aunque desviada, llegó por partida doble: ni Tello ni Ruibal encontraron el palo contrario en un buen contragolpe verdiblanco. El de Sabadell la volvió a tener a siete del epílogo, si bien estaba aún más forzado, por lo que tampoco pudo encajarla. Sobre la bocina, entre Pezzella y Edgar evitaron que Sergeyev fusilase a Rui Silva, en la intentona final de un Zenit que acusó mucho los dos meses de inactividad en esta recta final.






FICHA TÉCNICA.-

Zenit:
Kerzhakov; Karavaev (Mostovoy 46'), Chistyakov (Erokhin 88'), Rakitskiy (Krugovoi 46'), Douglas Santos; Wilmar Barrios, Wendel; Kuzyaev, Claudinho (Yuri Alberto 65'), Malcom; y Dzyuba (Sergeyev 73').

Real Betis: Rui Silva; Sabaly, Pezzella, Edgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, Guardado; Aitor Ruibal (Bellerín 86'), Joaquín (William Carvalho 58'), Juanmi (Tello 58'); y Willian José (Borja Iglesias 78').

Árbitro: Benoît Jean Bastien (francés). Amarilla a los locales Rakitskiy y Wilmar Barrios, así como al visitante Tello.

Gol: 0-1 (7') Guido Rodríguez; 0-2 (18') Willian José; 1-2 (25') Dzyuba; 2-2 (28') Malcom; 2-3 (41') Guardado.

Incidencias: Encuentro de ida de la Fase Intermedia (equivalente a los dieciseisavos de final) de la UEFA Europa League, disputado en el Gazprom Arena de San Petersburgo ante 28.936 espectadores. Unos 200 aficionados verdiblancos en las gradas, donde las restricciones sanitarias en Rusia imponían un 50% de aforo máximo, por lo que solamente cabían 34.000 personas.