Aquel gol en el 90’ de Francisco Narváez, entonces conocido como Quico y no como
Kiko, hizo estallar a todo un país. Normal. En
1992 vivía España la efervescencia de unos Juegos Olímpicos que la colocaron en esa modernidad que se le negaba casi de forma sistémica. En lo deportivo, fue el culmen y, para el fútbol, la recuperación de cierto orgullo patrio. Por fin
la 'Roja’ volvía a ganar algo. Sucedió en
los Juegos de Barcelona y supuso la consecución de una medalla de oro que, aún hoy, representa uno de los hitos más relevantes del balompié nacional.
Una imagen que podría repetirse en los Juegos Olímpicos de Tokio. La España de Luis de la Fuente es, según los pronósticos, la máxima favorita a hacerse con la presea dorada impulsada por el buen papel de los mayores en la Euro pese a caer en semis ante Italia.
No será recorrido sencillo. Más al contrario. Quizá emulando a aquel combinado que hace 29 años venció a Polonia (2-3), el actual combinado nacional lo tendrá difícil. Primero, porque su grupo no es sencillo. La ‘Rojita’ ha quedado encuadrada en el grupo C con Argentina (que siempre es Argentina, es decir, peligrosa), Australia (un hueso en categorías inferiores) y Egipto. Esta última por cierto, sin Salah, al que el Liverpool no ha dado permiso para unirse al combinado nacional y ser uno de los tres jugadores mayores de 24 años que permite usar la organización.
El caso es que luego, en caso de acceder, en el hipotético cruce de cuartos tocaría medirse a un equipo del grupo de la muerte, ése que forman Brasil, Alemania, Costa de Marfil y Arabia Saudi. Poca broma. Y pese a ello,
España es favorita con una
probabilidad implícita alta según los pronósticos de
Betfair que la sitúan con
un 26,7% de opciones de llevarse la medalla de oro. Su cuota 3.75.Una selección absoluta B
Sobran argumentos deportivos. Primero, por la lista en sí. Entre los 22 jugadores que ha llamado Luis de la Fuente se encuentran seis jugadores de la absoluta que han disputado la Eurocopa (Unai Simón, Eric García, Pau Torres, Pedri, Oyarzabal y Dani Olmo) a los que se unen otros tres jugadores que bien podrían haber estado en la lista de Luis Enrique. A saber, Dani Ceballos, Marco Asensio y Mikel Merino. Este último debería haber jugado la Euro, pero un problema de espalda lo retiró de circulación. Ya recuperado, se apunta a la aventura olímpica. Son los tres mayores de 24 años que estarán en este campeonato.
Un elenco potente al que se unen nombres jóvenes de tronío como Mingueza (FC Barcelona), Vallejo (Granada), Cucurella (Getafe), Carlos Soler (Valencia), Bryan Gil (Sevilla) o Javi Puado (Espanyol). Algunos de ellos participaron en el amistoso que no pudo jugar la absoluta por el positivo de Busquets y que acabó en triunfo 4-0 ante Lituania. Hay futuro. Y aspira a ser medalla en Tokio.
Las rivales: Francia, Brasil y Alemania
Entre el resto de las participantes, el peligro, sugieren los pronósticos de
Betfair, está en Europa. Tras España, Francia es el segundo combinado con más posibilidades, a priori, de alzarse con el triunfo final tras España, con una cuota 4.5 (probabilidad implícita del 22%) seguida de Brasil (cuota 6.0, probabilidad implícita del 17%).
Los galos acudirán con la máxima novedad de Gignac, internacional absoluto y jugador de los Tigres de México. Un veterano al que seguirán jóvenes con proyección. Camavinga, medio centro del Stade de Reines y pretendido por el Real Madrid, es el más destacado de ellos. En Brasil, la selección olímpica acudirá con el jugador del FC Barcelona Dani Alves, pero sin Neymar o Vinicius, del Real Madrid. Ambas opciones sonaron con fuerza, pero se cayeron ante la negativa de sus clubes a dejarlos partir para la cita Olímpica.
Alemania y Argentina, las tapadas
Sugieren los pronósticos de
Betfair que Alemania (cuota 7.0) y Argentina (cuota 12.0) son las siguientes favoritas. Sus combinados, sin presencia de grandes nombres de referencia en el panorama internacional aminora unas opciones que nunca deben ser menospreciadas. Son los Juegos Olímpicos un territorio abonado para que las sorpresas emerjan y, en ocasiones, marquen tendencia. Como aquella que consumó un gol de Francisco Narváez en Barcelona 92, cuando era Quico y no
Kiko.