Sergio Rico firmó el pasado mes de septiembre un contrato de cuatro años con el
PSG tras desvincularse definitivamente del Sevilla y aceptó su rol de portero secundario junto a Keylor Navas.
Con menos protagonismo que la temporada anterior, el futbolista se siente muy integrado en el club parisino, su relación con el meta costarricense es muy buena y ha seguido sumando títulos a lo largo de los últimos meses, pese a perder la Ligue 1 en el tramo final y a caer en semifinales de la Champions. Al final, aún siendo suplente, ha sumado diez partidos de Liga, tres de Copa y más de 1.000 minutos de juego, lo que no está mal para un segundo portero.
Hasta ahí todo bien. Pero ahora empieza el lío.
Gianluigi Donnarumma, cuyo compromiso con el AC Milan expira el próximo 30 de junio, está a punto de firmar con el París Saint-Germain por cinco temporadas, con un sueldo de 12 kilos al año.
El joven portero italiano llega para disputarle la titularidad a Keylor Navas, lo que relegaría a Sergio Rico a la tercera plaza en las rotaciones y, prácticamente, al ostracismo. Y el PSG aún tiene al joven Marcin Bulka en la recámara...
Tanto Keylor como Rico tienen tres años más de contrato, lo que hace indicar que uno de los dos tendrá que salir. O más bien, que uno de los dos buscará una salida. Y si el centroamericano se ve con opciones de pelearle la titularidad al italiano, Rico será posiblemente al que le toque buscarse la vida. O eso o tirarse un año en blanco.