Real Madrid 2-1 Barcelona: El vendaval blanco detona LaLiga

Real Madrid 2-1 Barcelona: El vendaval blanco detona LaLiga
- A. J. Medina
Antonio José MedinaAntonio José Medina 10 min lectura
El Madrid se sitúa líder tras ganar un precioso Clásico, con dos partes bien diferenciadas. Una primera en la que los de Zidane desarbolaron por completo por velocidad a su rival y pudieron, incluso, hacer más de los dos goles con los que se fueron al descanso; y una segunda en la que Mingueza acercó al Barça y el equipo blanco, muy cansado por el doble esfuerzo semanal, cerró espacios para aguantar el chaparrón -nunca mejor dicho, porque diluvió- y sacó tres puntos que pueden decidir el campeonato.

De salida, Koeman recurrió a los tres centrales que tan buen resultado le está dando en las últimas semanas y que ha ayudado a despegar al Barça; ante un Zidane que sí sorprendía dando entrada a Valverde por un Asensio que estaba en racha en las últimas semanas. El técnico francés ponía más músculo y velocidad en el centro del campo en detrimento de la llegada y guardaba fuerzas para la segunda parte ante la 'precariedad' de alternativas ofensivas con las que cuenta.

El ritmo de los primeros minutos fue infernal y dejaba clara la importancia del encuentro. El Madrid cedió la pelota al Barça y le impuso una alta presión, buscando los espacios que el equipo de Koeman dejaba para intentar romper con la velocidad de Vinicius y Valverde. 

Pero darle el balón al Barça es sinónimo de peligro. Y éste no tardó en llegar.  A los ocho minutos, la enésima conexión Messi-Alba provocó un centro del catalán que obligó a Courtois a salvar lo que ya parecía el primero del Barça.

Si el Barça erró la primera, el Madrid no. El primer gol llegó a los 13 minutos y pareció seguir el plan trazado por Zidane. Fue una ruptura en velocidad de Valverde, que encontró continuidad en la subida de Lucas Vázquez, cuyo centro fue rematado de tacón por Benzema en el primer palo. Un golazo.

Messi respondió dos minutos después con una jugada personal en la que se fue de dos defensas y puso un centro al que Dembélé no llegó por milímetros. Fue un espejismo, porque el Madrid estaba logrando frenar, con muchas ayudas y agresividad defensiva, todas las acometidas blaugranas. Y, a la contra, seguía sembrando el miedo cada vez que tenía oportunidad.

En una de ellas, Vinicius se fue por velocidad de Mingueza y encaró a Araujo, que acabó derribándolo al borde del área. La situación era propicia para un lanzador y Kroos, que hasta ese momento no había aparecido, es uno de los mejores. El alemán lanzó muy centrado, pero el balón golpeó en la espalda de Dest y acabó desviándoselo a Ter Stegen. Era el segundo tanto de un Madrid cuya efectividad era absoluta.

No aprendió de estos 'errores' el Barça, que no cambió un ápice su estrategia. Y Vinicius lo agradeció. El brasileño era una pesadilla y ni siquiera con dos jugadores pendientes de él, podían pararle. Si propició la falta del segundo gol, casi hace lo propio con el tercero. El brasileño volvió a romper por banda izquierda y asistió a Valverde, que entraba por el otro costado. El uruguayo, solo, logró superar a Ter Stegen, pero se encontró con el palo. El forzado remate posterior de Lucas Vázquez acabó sacándolo el meta alemán, clave para que su equipo no hubiera encajado aún más goles en esta primera parte. 

La mala noticia para el Madrid llegó antes del descanso. Un jugador que había sido clave hasta ese momento, Lucas Vázquez, en una acción con Busquets, se lesionaba la rodilla y no podía continuar. Odriozola tenía la oportunidad de jugar el Clásico.

Aún se llevarían un doble susto los de Zidane antes de irse a vestuarios. Primero con con una acción que no debió tener lugar. Un córner, que no era, lo lanzó Messi buscando el gol olímpico y, tras superar a Courtois, el balón acabó dando en el palo de la portería madridista. Y el segundo, con el tiempo cumplido, cuando Courtois evitó con su salida el primero del Barça tras un remate franco del propio Messi. Posiblemente las dos mejores ocasiones culés de toda la primera parte, que daban esperanzas para la segunda mitad.

Koeman buscó soluciones en la caseta y dio entrada a Griezmann por Dest, lo que obligaba también a un cambio de dibujo. Pero el panorama no cambió. El Madrid seguía esperando atrás y buscando los espacios. Griezmann, pegado a banda izquierda, intentaba sacar ventaja de la falta de partidos de un Odriozola que llevaba dos meses sin jugar.

Todo ello en medio de un chaparrón, con fuertes rachas de viento, que dificultaba aún más el juego e, incluso, impedía la visibilidad por momentos. Y ahí, el Madrid se sentía cómodo. Cada robo se convertía en una pesadilla para la defensa blaugrana. El Madrid no tenía la pelota y estaba lejos de la portería, pero el peligro era todo suyo.

Benzema se quedó a un metro de hacer el tercero en otra contra de libro tras un robo de Casemiro (53'). Y dos minutos después, en un dos contra dos, el francés decidió resolver con un tiro desde la frontal que se le fue alto.

El Barça necesitaba un milagro o un inesperado error blanco. Y llegó a los 60 minutos. Fue un centro de Jordi Alba, que dejó pasar Griezmann y Mingueza apareció por el centro para rematar en semifallo, suficiente para poner el balón lejos de Courtois. 

El Madrid respondió rápidamente con un lanzamiento al palo, desviado por Araujo, pero era ya el Barça el que había olido la sangre. Koeman había abierto el campo y Alba y Dembélé estaban encontrando huecos por las bandas. 

No fue por ahí por donde llegó el peligro, sino en una contra tras una ocasión clarísima errada por Kroos. El Barça cogió por primera vez en ventaja al Madrid y forzó una falta al borde del área, un lugar propicio para Messi. El argentino, esta vez, no estuvo afortunado y estrelló el balón en la barrera.

El Madrid parecía fundido tras los dos grandes esfuerzos de la semana y Zidane, pese a la importancia del partido, quitó a algunos de sus hombres clave, Benzema y Vinicius principalmente.

De entrada, la apuesta le salió bien. Con más frescura arriba el Madrid apretó al Barça durante unos minutos y lo metió en su campo. Koeman reaccionó con la entrada de Trincao y Braithwaite y así se llegó a unos diez últimos minutos en los que el Madrid se atrincheró para aguantar su ventaja.

Todo hacía indicar que lo lograría. El Barça, pese a sus esfuerzos, no encontaba huecos. Sin embargo, Casemiro, en dos minutos, le dio vida con dos fuertes entradas que acabaron con él en la caseta. Y permitieron a Messi contar con una nueva ocasión de falta en su sitio preferido. El argentino no tenía su día y lanzó muy centrado para que Courtois detuviera con seguridad.

Aún le quedaba una bala al Barça. Y casi la aprovecha. Con el tiempo cumplido y Ter Stegen, cual Bono, subiendo al ataque, Ilaix Moriba cazó un balón en el área y su disparo se estrelló en el largero. Un final agónico para un partido que, una vez más, pasará a la historia.
 
 
Ficha técnica:
 
Real Madrid: Courtois, Lucas Vázquez (Odriozola 42'), Militao, Nacho, Mendy; Casemiro, Modric, Kroos (Isco 72'); Valverde (Asensio 60'), Benzema (Mariano 72') y Vinicius (Marcelo 72').
 
FC Barcelona: Ter Stegen, Dest (Griezmann 46'), Mingueza, Araujo (Ilaix Moriba 72'), Lenglet, Alba, Busquets (Sergi Roberto 64'), De Jong,  Pedri (Trincao 80'), Messi y Dembelé (Braithwaite 80').
 
Goles: 1-0 (13') Benzema; 2-0 (27') Kroos; 2-1 (60') Mingueza.

Árbitro: Gil Manzano (extremeño). Amonestó a Pedri, Araujo, Nacho, Sergi Roberto, Koeman. Expulsó a Casemiro (90').