Tres medallas a cargo de
Mireia Belmonte, con el esperado oro en un Mundial, las
dos platas en el solo de Ona Carbonell en natación sincronizada y el enorme
subcampeonato de la selección femenina de waterpolo resumen los éxitos de la delegación española en los Mundiales de Budapest, donde una vez más
ellas volvieron a tirar del carro.
En natación, Belmonte ha vuelto a ser la gran referencia. En Budapest, después de un dubitativo inicio, se ha rehecho a lo grande y se ha colgado la medalla que le faltaba, un
oro en un Mundial para cerrar el círculo. Lo ha conseguido en los
200 mariposa, su prueba fetiche. Además ha sumado dos medallas más a su botín, d
os platas en los 1.500, por detrás de la inabarcable Katie Ledecky, y en los
400 estilos, territorio Katinka Hosszú.
La otra protagonista ha sido
Jessica Vall, que ha cumplido sobradamente nadando las finales de los 100 y los 200 braza, en sendas pruebas con mucho nivel.
Del resto, salvo
África Zamorano que estuvo en las semifinales de los 200 espalda y rebajó su tiempo, no hubo buenas noticias. En las pruebas de aguas abiertas, la júnior
Paula Ruiz demostró sus posibilidades especialmente en los 5 kilómetros.
En sincronizada,
Ona Carbonell volvió a liderar el equipo y se llevó dos platas en las pruebas de solo, en las que únicamente la rusa Kolesnichenko estuvo por encima de ella. Pese a quedarse lejos del podio en las pruebas por equipo, España tiene mucho margen de mejora con nadadoras muy jóvenes que empezarán un nuevo ciclo a partir del próximo septiembre con la llegada de la japonesa
Mayu Fujiki en sustitución de Esther Jaumà.
En waterpolo, la selección de
Miki Oca ha vuelto a lo más alto del concierto internacional que en estos momentos es conseguir la plata ante la imposibilidad de acceder a la cima, escalón en el que Estados Unidos se encuentra desde hace tiempo. Las españolas, con alguna ausencia importante (Maica García y Roser Tarragó), han mantenido su buena estructura y se ha renovado con jóvenes jugadoras de talento como
Bea García o
Paula Leitón, esta elegida con 17 años mejor boya del torneo. España llevaba tres años fuera del podio y ha vuelto. En el equipo masculino, el nuevo seleccionador
David Martín tiene mucho camino por recorrer, también con un joven equipo que necesita rodarse.
En Budapest le faltó fe en sus posibilidades y acabó noveno en un torneo en el que la gran sorpresa fue la eliminación de Serbia en semifinales y la derrota de Hungría en la final disputada en casa. Fue Croacia la verdugo de ambos.