El palmarés individual de Fátima Gálvez es envidiable. Una larga lista de medallas de oro, plata y bronce en todas y cada unas de las competiciones en las que ha participado. En este sentido, la cordobesa camina por un sendero lleno de éxitos internacionales, tales como los Juegos Olímpicos, la Copa del Mundo o el Campeonato de Europa, pasando por los Juegos Europeos, el Grand Prix o un sinfín de campeonatos. Si bien, para llegar a ello, sería oportuno destacar que Fátima ha vivido toda una vida ligada al tiro olímpico. Un sacrificio sin el que no habría llegado nunca a la cima mundial. En ESTADIO Deportivo, hemos conversado con la deportista de moda en tiro olímpico y hemos hablado sobre temas personales correspondientes a sus inicios, pero también sobre temas generales como el fomento de la violencia que puede derivar de la difusión del tiro olímpico.
- ¿Qué campeonato le hizo darse cuenta de que podría llegar lejos en este deporte?
- Yo empecé con 11 años a entrenar con un robot ubicado en Espejo, en un pueblo cordobés. Justo fui a participar en la feria del pueblo de al lado, porque había tirada de platos. Mi padre me puso el compromiso de que si quería ir a competir a Montilla, tenía que hacer un ‘25’ en ese campo de tiro de Espejo. La mala suerte para mi padre fue que lo conseguí. Entonces fuimos a Montilla, quedé tercera en la categoría general y gané en mi categoría como ‘Dama’. Ahí fue cuando me di cuenta de que valía para esto. Ahí me di cuenta de que mi objetivo era ser tiradora e ir a unos Juegos Olímpicos.
Me remonto a la edad de cinco años, cuando vi a esta china ganar en Barcelona 92’ yo me di cuenta que quería ganar y ser como esa señora. Pero es verdad, que hasta años posteriores, no pude empezar. Con once años empecé a meter tiros. Esto lo puedo decir ahora porque ya nadie me puede reclamar nada. Ha prescrito. Pero yo no tenía la edad permitida para competir. Siempre estuve bajo la supervisión de mi padre, que estaba a mi espalda y empecé a ganar títulos.
- Los primeros platos se los tiró un compañero de su padre.
- Estábamos en Baena, en un campo de tiro manual. Mi padre me explicó el procedimiento y yo rompí el primer plato. La gente decía que fue suerte, pero luego rompí los cuatro siguientes. Entonces, yo tenía ocho o nueve años cuando mi padre me dijo que tenía manera de tiradora.
- ¿Sus virtudes se deben a la genética o al talento?
- Yo creo que es talento. Mi padre fue un grandísimo tirador e igual hay algo de genética, pero la persona que no tiene el talento para disparar nunca podrá llegar a ser un grandísimo campeón.
- ¿Existen facilidades para acceder a ese deporte de primeras?
- Existe un gran desconocimiento de cómo se inicia uno en el mundo del tiro. No hay publicidad para iniciar una escuela de tiro para las jóvenes promesas. Existen tiradores que incluso desconocen que hay una Federación que puede indicarte los pasos a seguir. Yo pienso que sobre todo debe haber una escuela de tiro. Igual que hay una escuela de conducción, también tiene que haber escuela para el manejo de las armas. Así se ve si se le da bien el tiro, y poder tramitar las licencias de armas. Creo que ahí existe un gran vacío que hay que mejorar.
- ¿Fomentaría el uso de la violencia?
- No tiene por qué. Armas tenemos en casa, como por ejemplo un cuchillo. Es cierto que son armas de fuego, pero lo primero que se le enseña a un chiquillo son las normas de seguridad. También juega en contra nuestra la gran cantidad de asesinatos que existen por armas de fuego en violencia de género. No solo son por armas de fuego, ya que hay miles de historias. No se fomentaría, porque este es un deporte muy seguro. En 25 años no he conocido ningún altercado entre compañeros de tiro.
- ¿Una persona puede vivir del tiro olímpico profesional?
- Puede vivir si se encuentra en la élite. Esos casos están contados con los dedos de las manos, como son los casos de Alberto Fernández y mío. Cuando tú empiezas a cosechar títulos importantes a nivel mundial, te van dando ayudas y patrocinios en armas y municiones. También ayudas que te da el Estado y la Junta de Andalucía como la Beca Mentor 10 y la Beca Fundación Andalucía Olímpica, pero claro tienes que estar en la élite. Aún así, mi deporte es una actividad donde todo lo que se gana se emplea en seguir mejorando. Sí me preguntas por hacer una fortuna de este deporte, mejor que te dediques a otro. Este deporte lo mantiene la afición y la pasión por el tiro.
- ¿Qué le puede agradecer a la Junta de Andalucía?
-Yo les puedo agradecer todos los años en los que he contado con su apoyo. Desde la beca de Fundación Andalucía Olímpica, el programa Mentor 10, las diferentes ayudas que nos han dado desde el deporte base, el deporte no olímpico y el olímpico. Desde que empecé a cosechar grandes éxitos la Junta siempre estuvo detrás mía.
- ¿Qué le puede pedir?¿Pueden ir más allá?
-Que siga estando en el deporte base, que siga apoyando a los deportistas y a los deportes minoritarios. Se pueden mejorar instalaciones deportivas a nivel de tiro, la creación de escuelas a nivel de tiro… Si crearan mejores instalaciones deportivas, yo no tendría que irme al extranjero.