Marina Rueda: “La cuarentena me vino muy bien psicológicamente”

Sus vivencias personales, el desgaste mental y los obstáculos que se fue encontrando en el camino, le hicieron replantearse su vida y sus objetivos

Paula Fiorella MéndezPaula Fiorella Méndez 4 min lectura

Marina Rueda lleva a la espalda un largo recorrido como luchadora, pues con tan solo 13 años, comenzó su camino en este deporte. Desde sus comienzos, la carmonense ha entrenado muy duro visualizando su único fin: presentarse a los Juegos Olímpicos. Sin embargo, durante todos estos años entre obstáculos, problemas personales y lesiones, comprobó en primera persona que el camino no iba a ser fácil.

A todos la pandemia mundial por covid nos cambió de alguna forma u otra la vida, sobre todo en aquel entonces, y a pesar de que hayamos vuelto casi a una completa normalidad, esas vivencias nos hicieron cambiar personalmente. Marina fue de aquellas personas a las que la pandemia le vino bien psicológicamente, pues a pesar de lo que estaba sucediendo, ella pudo sentir un momento de paz en su vida gracias al parón: “Pues la verdad que a mi la cuarentena me vino muy bien psicológicamente porque, es verdad que yo llegué a un punto en el que estaba bastante quemadita de la lucha, eso nos pasa a todos los deportistas, y eso fue como que me dió la oportunidad de plantearme bien mis objetivos y de darme cuenta de que era lo que yo quería realmente”.

Eso no significó que dejara de lado su deporte, pues el centrarse en ella misma, le sirvió para seguir avanzando personal y profesionalmente a un ritmo más tranquilo. Su club, el Club de Lucha Guadajoz, estuvo en todo el proceso ayudándola y apoyándola, poniendo a su disposición todo lo necesario para que pudiera seguir entrenando: “Y como yo no paré de entrenar porque Santiago me dejó coger todo el material que yo necesitase del club y me lo llevé a mi casa y me monté como un mini gimnasio allí en mi azotea, pues, o sea que me vino bien al final la cuarentena, sobre todo a nivel mental y personal”.

Entre la situación mundial y sufrir una lesión, la luchadora se vió en un círculo donde los Juegos Olímpicos podrían verse muy lejanos, sin embargo no fue el caso. Marina supo que a pesar de los obstáculos, tenía que seguir adelante, pero debía esforzarse un poco más. No debía rendirse y cambiar sus objetivos: “La lesión si que me pasó factura, pero también, yo intento sacar lo bueno de todo lo malo, me hizo replantearme unas cuantas cosas, y al final, pues tomé la decisión de venirme aquí para dar lo mejor de mi porque, yo una de las cosas que siempre digo es que no quiero dejar mi deporte sin saber hasta donde puedo llegar, porque creo que eso es de una de las cosas que más se arrepienten los deportistas que han dejado su deporte, de no ver hasta donde podrían haber llegado, y yo no quiero tener esa sensación después de haber dejado mi deporte. Entonces me gustaría ver hasta donde puedo llegar, y espero poder cumplir mi objetivo, pero ya veremos”.

Sus vivencias le hicieron tomar algunas decisiones en su vida y cambiar un poco el rumbo, pero siempre visualizando los Juegos Olímpicos: “Yo ahora me siento bastante bien, creo que la oportunidad que estoy teniendo aquí en Estados Unidos me va a venir muy bien físicamente y yo antes lo veía lejísimos, pero cada vez lo veo más cerca, el poder clasificarme para los juegos olímpicos”.