Hablar de Ana Pérez Campos es hablar de lucha, trabajo y resiliencia. La talentosa gimnasta sevillana está pasando actualmente por un calvario de lesiones del cual empieza a ver la luz tras mucho sufrimiento en la sombra. La cuatro veces campeona de España ha hablado para ESTADIO Deportivo haciendo así un repaso a su carrera deportiva, la actualidad y lo que les depara el futuro a sus 24 años, próximos 25 a mediados de diciembre, con una fecha que ronda por la cabeza, no solamente a ella, sino de todos los atletas en estos años, la de París 2024. No obstante, Ana, ante la vorágine de negatividad que ha tenido que padecer, prefiere ser cauta y volver a encontrarse consigo misma poco a poco para regresar al estado de forma que tenía en el año 2020, cuando era una de las piezas claves de la Federación Española de Gimnasia en los distintos aparatos.
-¿Cómo te encuentras actualmente?
- "Bien, bien. Estoy poco a poco recuperándome, con ganas, con ilusión, pero también un poco expectante. Realmente llevo poquito tiempo entrenando, hago poquitas cosas, así que no sé a ciencia cierta qué va a pasar”.
- Hace ya más de un año que pasaste por quirófano ¿Cómo llevas llevas el posoperación?
- “Realmente hace menos aún, me operé en marzo la segunda vez, fue en marzo de este año. Claro, hace muy poco. La operación fue bastante agresiva, por así decirlo, me metieron dos placas y once tornillos en el empeine izquierdo. Al final, mi cuerpo se tiene que ir adaptando porque tengo ahí cuerpos extraños, por así decirlo, que no me pertenecen. Cambia todo un poco, desde mi pisada o como llevo el peso a esa pierna y demás. Ahora mismo es un proceso de readaptación, estoy tratando de tomarlo con calma, ser optimista y el tiempo dirá”
- Después de tanto tiempo ¿Cómo es volver a la sala?
-“Es raro. Realmente yo he mostrado lo que yo he querido mostrar a la gente que no forma parte de mi día a día. Han sido muchos altibajos y al final eso, aunque quieras que no, hace que las relaciones con todo el mundo cambien. Yo ahora estoy en un momento en el que, poco a poco, voy integrándome de nuevo en el grupo, han sido muchos meses fuera, y, claro, no puede ser todo como si no hubiese pasado nada. Sí que es cierto que siempre he contado con el apoyo de mis compañeras y eso es siempre de agradecer, pero volver a estar en la sala es muy raro incluso para mí”.
- ¿Te volvistes a Sevilla tras la operación?
- “Sí, posoperación me fui tres semanas a Sevilla. Tenía que estar tres semanas con escayola, no tenía revisiones, no tenía fisioterapia… Tampoco tenía sentido que me quedase aquí en Madrid. Entonces, después de la operación, me fui a Sevilla tres semanas. Y luego pues ya volvía a Madrid para poder empezar la recuperación y demás. Si es verdad que estos meses, que no he estado entrenando, pues he tenido mucho más tiempo disponible y he estado mucho más bajando a Sevilla, viendo a mi familia y disfrutando de cosas que otros años no he podido”
- En RRSS hablabas de punto y aparte tras salir del quirófano ¿A que te referías?
-“Cuando yo hice público que finalmente no iba a Tokio, creo que era algo lógico, decidí tomarme un respiro. Mi cabeza necesitaba parar, sobre todo, y sanar. Entonces, ahí es cuando dije que esto no es un punto y final, si no un punto y aparte. Entonces en septiembre de 2021 retomé mis entrenamientos y en enero o febrero me di cuenta de que no podía seguir así, mi pie izquierdo me estaba dando muchísima guerra, ya prácticamente me limitaba a hacer una vida normal, ya no te digo como deportista. Entonces ahí dije: “Necesito solucionarlo”. La solución pasaba por entrar en quirófano otra vez. En esa segunda operación a mi no me garantizaban que yo pudiera volver a hacer gimnasia y yo, sinceramente, me planteé que ya era el final”
¿Llega la lesión en el peor momento posible? Ya que estabas en un gran momento con los JJOO en ciernes
-“Al final, la lesión llegó cuando yo mejor me encontraba a nivel gimnástico. Yo me encontraba super madura y yo tenía objetivos para Tokio 2020. En ese momento llega la lesión, a mi me rompió, pero me rompió totalmente, era algo inesperado. Si ya de por sí no te esperas una lesión, una lesión como esa me dejó fuera de juego total. Psicológicamente fue un palo muy duro. Si te pasa tres años antes que aún tienes tiempo por delante, por así decirlo, bueno… te lo puedo comprar, porque una lesión así no se la deseo a nadie. Pero que pase ya en los últimos años de la carrera deportiva, a tan pocos meses de unos Juegos Olímpicos, con todo lo que habíamos luchado por estar en los Juegos, con una pandemia de por medio… Entonces se juntaron un montón de cosas y a mí, psicológicamente, me hizo polvo”.
Si no hubiese habido Covid-19, habrías estado en Tokio 2020
-“Si no hubiera existido el Coronavirus y no hubiese pandemia mundial y todo eso, pues Tokio se habría hecho cuando tocaba que era en el verano de 2020, yo habría estado perfecta y habría ido, pero bueno son cosas que pasan. Yo quiero pensar que todo pasa por algo y lo que me estoy llevando de todo esto es el aprendizaje y la madurez que me está haciendo ganar en otros aspectos, así que me quiero quedar con eso. Quiero ver el lado positivo de las cosas, porque ya demasiadas cosas negativas me han pasado”.
¿Es cierto que gracias a tu hermano entraste en el mundo de la gimnasia?
-“Sí, él venía siempre a casa contándome todo lo que hacía. Entonces, pues claro, a mi me daba curiosidad, porque venía con entusiasmo que yo decía: “Yo tengo que ver eso”. Entonces un día fui a verlo, veía a todas las niñas que hacían gimnasia allí. Le comenté a mis padres que me encantaba y que quería apuntarme”.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en el Club Deportivo Gimnástico Hytasa?
-“Pues fueron complicados realmente, porque mucha gente no sabe mi historia de los inicios… Yo me rompí los brazos al poco de empezar. Tuve tres fracturas en el brazo derecho y dos en el brazo izquierdo. No fueron los dos brazos a la vez como fueron con los pies, fueron primero el derecho y luego el izquierdo y tuve que pasar por quirófano. Estuve un año en el que no me dejaban tocar un aparato y solo hacer preparación física, entonces había gente que decía que, a mis padres sobre todo a mi no porque era una niña, no me apuntaran más a gimnasia, que estaba siempre lesionada, que ya valía de que me rompiese los brazos… Esto es como todo, la gente siempre opina cuando no va con ellos el tema, pero bueno, yo les dije a mis padres que, obviamente, no me llevaran más a gimnasia, pero al final siempre terminaba pidiéndolo. Entonces mis inicios fueron un poco difíciles, luego ya, una vez superé esa etapa, tuve las fracturas, estuve un año sin entrenar y retomé los entrenamientos… Yo volvía con unas ganas que me comía los aparatos. Desde ahí, empecé a subir y a subir hasta que con el tiempo decidieron pedirme la beca para irme a Madrid”.
¿Has notado el apoyo Andalucía y el de la Junta respaldando el deporte?
-“Yo por aquel entonces (de niña), no tenía conciencia de eso. Empiezo a tener conciencia ahora y si que me siento apoyada por Andalucía y con un par de becas que consigo de Andalucía que me ayudan muchísimo. Aunque yo por ese entonces, era una niña que me limitaba entrenar y lo demás me daba un poco igual por así decirlo”.