Argentino de nacimiento y malagueño de corazón, así podría definir sus raíces
Damián Quintero (Buenos Aires, 37 años). Criado en Torremolinos, donde empezó a dar sus primeros pinos en el kárate cuenta a
ESTADIO Deportivo cómo se vive este deporte en Andalucía y en España. Comenzó desde bien pequeño a subirse al tatami y ya ha logrado más de cien medallas en su expediente, algo que muy pocos pueden presumir de ello. Desde pequeño ha contado con el empujón de varios organismos que se encargan de impulsar a jóvenes deportistas que buscan un sueño: competir en unos
Juegos Olímpicos.Damián aterrizó con sus padres en España cuando él tan solo tenía cinco años y decidieron instalarse en Torremolinos. Todo fue en un giro de última hora, cuando ya tenían casi decidido elegir Australia para criar a su familia. "Tenían todo preparado, pero al final cambiaron en el último momento. El idioma te echa un poco para atrás y decidieron irse para España. Yo me considero malagueño, si te das cuenta vine muy pequeño. Yo me he criado en Málaga y realmente yo me siento de allí", cuenta con orgullo el karateca.
De no ser por ese cambio de planes, Andalucía no hubiera tenido la oportunidad de disfrutar de un deportista de tal calibre. "Eso lo tendrán que decir otros", comentaba tímidamente
Damián Quintero. "La verdad es que es un exitazo todo lo que he conseguido a lo largo de mi carrera. Por supuesto siempre un poco de la mano de las instituciones, de la Junta de Andalucía, del Ayuntamiento de Málaga, de la Diputación de Málaga... son los que siempre me han estado apoyando para llegar arriba", quiso agradecer.
Aunque este apoyo no pudo llegar si su madre no le hubiese apuntado con siete años a este deporte, que tanta disciplina, respeto y coordinación exige.
"Fue más bien por practicar un deporte un poco distinto y por la cercanía a donde estudiaba yo. También mi madre decidió meterme en este deporte ya que yo era un poco revoltoso. Lo hizo para que me calmase y para que atendiera a un deporte con mucha más disciplina que por ejemplo el fútbol o el baloncesto", dijo el malagueño recordando sus inicios.
Ingeniero aeronáutico,
Damián Quintero tiró de valor en 2015 para renunciar a un puesto de trabajo en el que estaba cómodamente para tirarse a una piscina medio vacía y dedicarse cien por cien al kárate durante todos los días. "Yo me la jugué, realmente dejé el trabajo en 2015 y nombraron al kárate como deporte olímpico en 2016. Mirando mi cuenta tenía algunos ahorros y vi que en un año podía tira. Decidí tirar todo eso que había conseguido desde hacía tres o cuatro años por un sueño.
Un sueño que todavía no sabíamos si iba a poder ser", dijo valiente el karateca.
Desde aquel niño que comenzó con siete años a descubrir nuevos movimientos encima del tatami han pasado ya treinta, y ahora Damián lleva una carrera impecable y envidiable, con más de cien medallas en su haber. "Son estadísticas en las que ahora mismo no me fijo", comentaba.
La más valiosa de su carrera: la plata en Tokio 2021, sin duda. Ahora vive un momento de relax competitivo tras darlo todo en la modalidad kata y con el futuro en el aire. El medallista concluyó con su estado actual en el mundo del kárate. "
Ahora intento disfrutar del momento, de los entrenamientos. Estoy en una época en la que estoy un poco más relajado porque todo lo gordo ya ha pasado, que eran los Juegos y todo lo que había que conseguir. Yo me veo con ánimo de entrenar y en el momento en el que vea que no doy más o no me apetece pues lo dejaré y seguiré trabajando para el kárate lo más seguro. Porque al final yo creo que hay muchas cosas que mejorar en general en el deporte español también".