El ecuestre sevillano
Francisco Gaviño (Sevilla, 25 años) se prepara desde Andalucía para competir por el resto del mundo. Además, no tiene que desplazarse mucho, puesto que
entrena en Fuentes de Andalucía, que se encuentra a unos 60 kilómetros de la capital andaluza.
"Es el pueblo de la familia de mi madre y tenemos una finca donde tenemos a los caballos. Aquí hemos montado nuestro cuartel general, por llamar de alguna manera a nuestra cuadra", cuenta sonriendo Gaviño.
No todo el mundo puede disfrutar de las condiciones de entrenamiento con las que cuenta Francisco Gaviño.
"Tenemos la suerte de poder tener un entrenamiento diario con el clima que tenemos aquí, donde prácticamente todos los días tenemos buenas temperaturas para entrenar a cualquier hora del día", señala el jinete.
En verano, por las altas temperaturas que se producen en la comunidad andaluza,
Francisco Gaviño y todo su equipo
se trasladan a Inglaterra o a Alemania donde el clima es más suave en estas fechas. Allí entrena junto a los más grandes dentro de esta disciplina.
"En los últimos ocho años he estado entrenando con el número uno mundial: Michael Jung, campeón olímpico en Londres 2012 y en Río 2016. También he estado entrenando con el bronce olímpico en Tokio 2020, Andrew Hoy, durante tres meses en Inglaterra", cuenta orgulloso Gaviño, quien sigue argumentando: "La hípica es un deporte en el que, si te cuidas, puedes ser muy longevo"
En muchos otros países necesitan de picaderos cubiertos o necesitan empezar los entrenamientos más tarde debido al temporal de frío, lluvia o incluso nieve. En Andalucía rara es la vez que llueve. "Nosotros empezamos a competir en febrero, mientras que otros aún se estaban preparando", explica.
Detrás de
Francisco Gaviño también hay un equipo que le ayuda en los entrenamientos de su día a día. Y sobre todo en Sevilla hay varios profesionales que se dedican a ello.
"Entreno con unos entrenadores de doma y salto, en unas instalaciones muy buenas que hay en Carmona y en Alcalá de Guadaíra", argumenta el olímpico andaluz.
No todos los deportistas de alto rendimiento tienen la suerte de poder competir o entrenar cerca de su casa. "Poder compartir el camino con mi familia es para estar muy feliz", asegura Francisco Gaviño. Por ello, la capacidad para organizarse y llegar al máximo nivel de unos Juegos Olímpicos es un ejemplo de la competitividad con la que vive este deporte.