Corría el año 2019 cuando un joven Enric Mas maravillaba con el maillot del equipo Quick Step. En aquel Tour de Francia llegó a liderar la clasificación de jóvenes y solo un año antes, en 2018, fue capaz de ganar una etapa pirenaica en la Vuelta a España, en la cual incluso llegó a terminar en segunda posición de la general. No sorprende lo más mínimo que el equipo Movistar se lanzase a por él, ya que el pensamiento generalizado era que se hacían con una estrella para muchos años. Pues bien, lo segundo se ha cumplido, pero lo primero...
Aquel corredor mallorquín de antaño era ofensivo, valiente e impetuoso. El de ahora parece vivir constantemente en un punto indefinido que no le hace favor alguno; tanto como para que no sea nada descabellado decir que está desaparecido. Es incapaz de ganar generales de grandes vueltas –ni de una semana– y ni siquiera suma etapas; y es que no se lleva una victoria parcial desde el lejanísimo Giro dell´Emilia en octubre de 2022.
Pero olvidemos esos puntos históricos. ¿Qué ocurre ahora? Pues que en cuestión de meses concluye su contrato con el Movistar Team y su ciclismo sigue siendo igual de anodino. En la Vuelta a Cataluña de este 2025 hizo tercero por detrás de Primoz Roglic y Juan Ayuso, pero nunca se le vio con opciones reales de batirles. En la que se disputa en estos días, la Itzulia 2025 (Vuelta al País Vasco), perdió casi todas sus opciones en una desastrosa crono inicial y después se le ha visto tímido, como sin ambición como cuando en la tercera etapa se marchó Joao Almeida y él se quedó esperando a ver qué hacía el líder en vez de ir a por el portugués de UAE.
¿Qué quiere Enric Mas? Es una pregunta casi indescifrable. En sus palabras siempre se ven ganas de mejorar, de ganar, de ir a por todas, pero a la hora de la verdad suele pecar de ser demasiado conservador. Ahora, de cara a la sexta etapa (y última) de la Itzulia, se muestra confiado de cara a dar un vuelco a la general. Por ahora es octavo a 1.48 minutos del líder, Joao Almeida, y se le ha visto entre poco y nada atacando. Estas son sus palabras al respecto.
"Una etapa súper típica de aquí, del País Vasco, con los primeros kilómetros por buenas carreteras y después como si fuese una clásica. Nos hemos encontrado bien y el equipo ha trabajado bien. La de mañana es la etapa de la Vuelta, es durísima y casi siempre es un caos, así que vamos a intentar aprovecharla y ojalá nos podamos meter en el podio y disfrutar. Las sensaciones y el sabor son buenos, aunque los resultados aún no han llegado", sentencia.
Una vez más las palabras de Mas indican que en la jornada del sábado irán a por todas. Su recorrido nos indica que podría no ser así, pero una vez más toca confiar en que se encontrará a sí mismo y saldrá de ese ostracismo en el que lleva demasiados kilómetros pedaleados...
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