El
tiro libre se ha convertido en uno de los hándicaps del Real
Betis esta temporada. No ya por los porcentajes verdiblancos en dicha materia, sino más bien por la escasez de visitas a la línea de personal. Aunque la estadística más llamativa se registró hace un par de jornadas (1/2 frente al
Unicaja de Málaga), la ausencia de este tipo de lanzamientos lleva lastrando al equipo en las ocho jornadas disputadas.
"Cuando vas duro para dentro y no te pitan la personal, dejas de insistir", se lamentaba el técnico bético,
Curro Segura, hace unos días. No era para menos. El club con sede en
San Pablo cierra la clasificación global en lo que al acierto en los tiros libres se refiere.
En su haber, un promedio de 9,4 convertidos por
partido, sobre una media de 12,9 intentos. Un 72,8 % de efectividad, que no está tan lejos de la que acredita el equipo que más acude a la línea de personal. Curiosamente, se trata del
Barça, su último verdugo (95-100), que presenta un 77,7 % de acierto, pero, a diferencia de los verdiblancos, disfruta de 26,9 lanzamientos de media, de los que materializa hasta 20,9 de
promedio.
"Miraremos las cosas que están en nuestra mano y lo que no esté en nuestra mano lo dejaremos pasar. Los
números hablan de los contactos y de los tiros libres", dejaba entrever Segura tras el duelo en el
Martín Carpena, donde el Betis apenas lanzó dos tiros libres, por los 29 de su rival.
Pese a que el comienzo de la
Liga Endesa no fue tan sangrante en este apartado, con 25 y 24 intentos frente a UCAM
Murcia y Joventut respectivamente, los guarismos comenzaron a descender en cascada desde el compromiso frente al
Valencia Basket.
De los 12 intentos ante los 'taronjas' se pasó a los diez ante el
Zaragoza y los seis con el Baskonia. El duelo frente al Andorra sirvió para remontar algo el vuelo (14/19), pero se trató sólo de un espejismo, ya que frente al Unicaja sólo se visitó la línea de personal en dos ocasiones, por obra de Pablo Almazán, que anotó únicamente uno.
Ya la semana pasada frente al Barça dispuso de cinco tiros libres, por los 21 intentos azulgranas. Unos guarismos pobres y descompensados respecto a los adversarios que, en una liga de la competitividad de la
ACB, pasan factura.