El
Betis parece no tener rival en
LEB Oro. Así lo demostró en
Granada, donde no se achantó con la presión de la afición nazarí. “Tuvimos paciencia para mover el balón y generar ventajas con pases extras”, analizó
Curro Segura, quien resaltó “el carácter” de su antiguo equipo, bregando hasta el último momento, aun yendo 20 puntos abajo.
Sus nueve victorias seguidas, su profundidad de banquillo, su acomodo en el liderato y su acierto (84,5 puntos de media) le permiten empezar a postularse como posible anfitrión de la
XXVII Copa Princesa. Un primer reto para la nave bética que se disputaría el 8 de febrero en el campo del líder. De momento, en
San Pablo.
El torneo, que jugarían los dos equipos mejor clasificados de la primera vuelta, sería a partido único, tomando como corte la jornada 17. Hasta entonces, el
Betis tendría que enfrentarse a
Real Canoe,
Barça Lassa,
Oviedo,
TAU Castelló y
Lleida. Un calendario a priori asequible para los sevillanos, que solventarían sin apuros de seguir la filosofía del capitán
Pablo Almazán: “Lo importante es que sigamos intensos, tenemos que seguir luchando. Con el trabajo de todos solventamos obstáculos”. De no amarrar al final del curso el billete directo a la
ACB, ganar la
Copa conllevaría la garantía de la segunda plaza de cara a los ‘play off’, independientemente de que finalizara, en el peor de los escenarios, del tercero al noveno puesto. De esta forma, aseguraría también el factor cancha. Aunque parezca un poco precipitado,
Pablo Pin no tuvo dudas en señalar al
Betis como claro candidato al ascenso. “Auguro la subida del Betis a la ACB. Cada jugador que sale aporta y juegan como un bloque. Hasta ahora es el mejor equipo que he visto”, indicó el preparador del
Granada.
Con un mundo todavía por delante,
Segura reconoció que no pueden despistarse para regresar a la elite: “Hay que pensar en los errores para mejorarlos.
No podemos desviarnos de lo que estamos haciendo hasta ahora”.