El
Betis se llevó anoche un regalo anticipado de Reyes al doblegar en San Pablo al todopoderoso
Real Madrid, líder de la
Liga Endesa, por 86-85, después de un final de infarto que le permitió colocar el quinto triunfo en su balance de esta temporada (5-8). De esta forma, el conjunto adiestrado por Zan Tabak pudo frenar una racha de 16 victorias consecutivas blancas en el mano a mano particular. Alentado por la grada de San Pablo, que registró la mejor recaudación de su historia coincidiendo con la festividad navideña y la entidad del rival, el
Betis impidió el doblete semanal de los de Pablo Laso, que se enfrentan mañana a domicilio al Anadolu Efes en un nuevo compromiso de la Euroliga. Y es que los locales salieron espoleados, guiados por un extramotivado Lockett (8-4), que tiró del carro en los instantes iniciales, aunque bien secundado por Rasid Mahalbasic, que sigue dando muestras del acierto que supuso su incorporación. El intercambio de golpes, no obstante, siempre favorece a un equipo como el blanco, que de la mano de Felipe Reyes, con su primer triple en la temporada liguera, puso por delante a los visitantes (12-14). Radicevic, merced a un 'costa a costa', adelantó de nuevo al
Betis, que compitió en este primer cuarto a pesar de las genialidades de Sergio Llull. El base menorquín elevó la ventaja a 21-28, pero Nachbar, desde el tiro libre, puso fin al primer capítulo con el 23-28. El segundo cuarto siguió bajo la misma dinámica. Mahalbasic se hacía grande en el poste bajo y Alfonso Sánchez, serio en defensa, se unía a la fiesta de cara al aro rival para volver a darle la vuelta a la tortilla (29-28 a 08:02).
En ese momento Randolph se echó al equipo a la espalda para abrir hueco de nuevo (29-39). Llull seguía haciendo de las suyas para que el conjunto de Laso se marchara al descanso con un 41-46 favorable y maquillado por un triple a tabla de
Radicevic en el último suspiro.
A la vuelta de vestuarios, los blancos -mermados por un proceso gripal que afectaba a Reyes, Taylor o Draper- siguieron sin freno. Nocioni no pudo cumplir sus 300 partidos en la
ACB y la valentía bética, tras el 60-69 del tercer cuarto, comenzaba a adquirir proporciones épicas en la recta final. El cruce de golpes hizo vibrar a la hinchada con una acción de Radicevic que ponía el 84-83. Respondió Reyes, pero Triguero convirtió dos tiros libres y cerró el partido con un rebote que llevó al éxtasis. A pensar ya en Bilbao (viernes, 20:00 h).
Juan Miguel Jiménez3 min lectura