Son días de
confinamiento e incertidumbre, prácticamente para todo el mundo, pero los que mandan en el fútbol se mueven para que el balón -y el dinero, que en este caso es mucho, por extensión-
vuelva a rodar cuanto antes. Se supone que lo conseguirán, aunque empiezan a llegar noticias de ligas, como la de Holanda, que están ya arrojando la toalla: ni campeones ni descendidos, pero vivos.
En las grandes ligas quedan
muchas preguntas en el aire. Para
los aficionados, que no saben cuándo podrán volver a pisar un estadio o si les devolverán el dinero correspondiente de sus abonos; para
los jugadores, los que acaban contrato y los que los han visto reducidos; y, sobre todo, para
los directores deportivos, que no pueden planificar sobre un futuro que no se adivina.
Primero, porque los clubes, que son empresas pese a mover tantos sentimientos, llevan
desde mediados marzo sin ingresar prácticamente un euro en concepto de entradas, patrocinios, derechos de televisión o mercadotecnia; y, después, por el desconocimiento
sobre cómo reaccionará el mercado de fichajes o cuándo se abrirán las ventanas.
Se sabe que no lo hará la de verano, como de costumbre, el 1 de julio, que se baraja la posibilidad de que acaben la temporada aquellos profesionales que quedan libres y que
la FIFA ha pospuesto su nueva normativa sobre la regulación de cesiones, lo que supone un importante alivio
principalmente para el Sevilla FC, con 13 futbolistas prestados y unos cuantos de la actual plantilla por encajar.
Poco más.
Si habrá
más o menos movimientos que de costumbre, si será más mediante
cesiones, traspasos o compras compartidas, si
se mantendrá o bajará el precio de los jugadores y
sus honorarios, si habrá o no
operaciones de decenas o cientos de millones -que son las que suelen causar ese efecto dominó tan necesario para la mayoría-, si debe
seguir en tu banquillo o no ese entrenador que estaba generando dudas y que se la iba a jugar en las últimas jornadas...
como Rubi en el Real Betis.A los directores deportivos, ante este difícil panorama, sólo les queda
trabajar sobre hipótesis; esto es, sobre los posibles escenarios que puedan darse -
que creen que pueden darse, más bien-, sabiendo únicamente que deben reforzar
ciertas posiciones de manera impepinable y completando
listas de opciones más amplias que nunca, por si cuentan el día de mañana con
mucho, poco o ningún dinero. No descarten lo último, teniendo en cuenta que todos los clubes, incluso los que se vendían como 'entidades modelo',
estaban viviendo al día. Eso, cuando se recupere
la nueva normalidad, cambiará, si es que los gigantes con pies de barro han aprendido algo de esta maldita pandemia.
Los días de confinamiento están siendo de muchas llamadas, de
ofrecer jugadores a diestro y siniestro por parte del agente, y de
no rechazar ninguno, por la de los directores deportivos. Por lo que pueda pasar... Es
la dificultad de planificar sin plan establecido.