Ya ni lo esconde. Ante el
Athletic Club, directamente,
renunció por completo a la banda izquierda, colocando a un central diestro como lateral y a un mediocentro (póngale interior, si se prefiere),
también a pierna cambiada, como extremo.
Obviamente, el Sevilla salió pocas veces de su campo en la primera parte, porque
defender a un ataque previsible como el nervionense resulta mucho más fácil, aunque
cuentes en la derecha, con Navas y Ocampos, con
dos velocísimos atletas: en el fútbol,
es el balón el que tiene que llegar a la meta y eso suele ser
consecuencia del -buen- juego, no de aisladas carreras y posteriores centros a ninguna parte.
Y no quedó ahí la cosa, sino que el cuadro local
encajó el 0-1 justo desde la zona que -supuestamente- había reforzado el técnico vasco, se supone que para parar a un
Iñaki Williams que sólo tuvo que desplazarse al centro para desbaratar todo el plan inicial de Lopetegui. Un desastre.
Como rectificar es de sabios y éstos no suelen gozar ya de la agilidad del joven,
Lopetegui rectificó, pero lo hizo demasiado tarde, como si se fuesen a notar menos sus errores por deshacerlos durante el descanso, mientras la grada ríe con la 'Kiss Cam'. Al final, le dio para empatar, y de milagro.
En
el mapa de influencia de los jugadores del Sevilla el pasado viernes se aprecia la escasa profundidad de los blanquirrojos, en general, y que
sólo Ocampos, ayudado por Navas, suele alcanzar la línea de fondo con la pelota jugada.
Las combinaciones ante los 'leones' muestran, por otra parte, que
el pase de Navas a Ocampos es el más común en el Sevilla y que
la mayoría busca al palaciego en la salida para que, junto al argentino, trate de llevar el balón hasta el otro campo. Y no es que deba dejar de hacer algo que le funciona, a través de dos futbolistas físicamente privilegiados, sino que
como único argumento para buscar el área rival resulta muy pobre, fácil de contrarrestar por parte de los rivales. Por eso, da igual el delantero que juegue y por eso lleva el equipo tan pocos goles,
muchos de ellos a balón parado.
Sólo Granada CF y Athletic Club vuelcan más el juego a la derecha que el Sevilla FC, de los equipos de LaLiga que menos profundiza por la izquierda.