Monchi lo tuvo claro desde el principio:
el centro del campo había que renovarlo p
or completo, fuese quien fuese el entrenador que llegara, pues el intercambio de golpes da para ganar batallitas, pero no guerras.
Con
Julen Lopetegui, eso sí, el isleño ya comenzó a tener en cuenta
los detalles, nada menores, pues para el
4-3-3 se necesita
que los tres del medio casen bien, que haya
un pivote más posicional con buena salida (por eso no le valía Amadou y sí Fernando),
un mediocentro organizador y
un interior de ida y vuelta, capaz de romper líneas en carrera, de ir a presionar alto tras la pérdida o de convertirse en segundo punta en los centros laterales. Aquí no hay duda de que ha dado en la tecla, con
Joan Jordán.
Después,
dobló los puestos, con
Nemanja Gudelj, Óliver Torres y Franco Vázquez. Obviamente, no es lo mismo, porque
no hay dos jugadores iguales, pero está hecho con mucho tino, si se atiende a los perfiles.
Se pregunta el siempre crítico -bueno para el club, pese a que a veces piten los oídos- entorno sevillista por qué Lopetegui, con el marcador de cara,
quita durante los partidos a Jordán y no a Banega. Y Lopetegui lo hace, simplemente, porque él
no atiende a modas, sino a criterios futbolísticos, en función de
qué necesita su equipo en cada momento y
qué le puede dar cada jugador.
El ex del Eibar tiene capacidad técnica, sin duda, pero es
más un agitador que un controlador, como el argentino. La cuestión es
meter fuerza para robar más y ser más potentes por alto, para, una vez recuperado el balón,
saberlo manejar para no perderlo y que pase el tiempo. Y en eso Banega, pese a que algunos quisiesen echarle del club tras ser expulsado en Gerona (por pura desesperación y estar explotado, fundido), es el mejor.
Prácticamente, único.
No es que Banega haya bajado su nivel; es que
ha subido mucho el del conjunto y, al haberse
dividido también las funciones, no destaca tanto sobre el resto. Ahora hay uno que roba (Fernando) y otro que llega (Jordán). Ya no tiene que hacerlo él todo, como antes: recuperar, organizar y dar el pase de gol.
Y, aun así, Banega
sigue brillando, según
demuestran los datos (objetivos), no las opiniones ni las dañinas corrientes (subjetivas). Es el quinto que más regates completa de LaLiga, el décimo que más pases clave da por partido, el octavo que más entrega al compañero cada 90 minutos, el segundo jugador con mejor media de balones largos precisos... Son grandes datos para
un medio organizador 'top' que ahora sí está bien acompañado y que ya no tiene que estar en misa y repicando.