Ante el Bayern, el Sevilla disimuló bien la baja de Banega
hasta que Montella dejó de actuar. Sin un futbolista que le hiciese descansar con el balón, el equipo,
el de cada miércoles y cada domingo, se fundió en sólo 45 minutos. Al técnico italiano
le falló su único plan -pues aún no ha trabajado otro-, en gran parte porque se empeña en dejar fuera al único futbolista que, como Éver, puede conseguir que sea el rival el que corra tras el cuero.
Lo de Roque Mesa es uno de los grandes misterios sin resolver que rodean a Montella.
Otro se halla en la delantera. En partidos y tramos que eran más para
Ben Yedder, su gran y casi único goleador en una plantilla sin pólvora,
se decantó por Muriel. El del martes, sin embargo, era claramente un encuentro idóneo para el colombiano. De hecho, sin un jugador que amenaza la espalda de sus centrales,
el Bayern pudo irse a vivir muy alto, donde mejor respira. Es cierto que acabó minimizándolo con la entrada de
Sandro, pero fue muy tarde. Como siempre.
Sigue dando la sensación de que el sustituto de Berizzo, quien curiosamente -o no - viste de etiqueta sólo en los partidos que acaparan miradas,
sigue descuidando el juego de sus rivales, pues los de Heynckes
han encajado casi todos los goles de manera calcada: con balones filtrados a la zona libre que dejan sus zagueros y su portero o tras una pérdida en la salida, al ser incapaz de sortear una presión alta. El 'Aeroplanino' se sorprendió, no en vano, de cómo le jugaron
Eibar y Leganés, cuando son
dos de los equipos con un estilo más marcado en LaLiga. En esos inhóspitos estadios no iba tan elegante, por cierto.
Resulta extraño, igualmente, que apueste
antes por Pizarro que por Geis, cuando dio su beneplácito para que el argentino se marchara en enero (llegó a tener las maletas hechas el 31, literalmente) y le comentó al director deportivo que el alemán, que siempre ha mostrado buenas maneras, sería importante. Tiene poco sentido también que se cargase a
Rico tras defenderle y que apostase por
Soria después de cargárselo. O que marginase nada más llegar a
Ganso, el único que puede dar descanso a
Franco Vázquez en la media punta y quien ha demostrado, en lo poco que ha jugado, que te pone de gol o los hace (¿Al pivote defensivo se le exige que dé pases en profundidad y marque goles?). El brasileño cobra casi cuatro millones brutos al año.
Enigmático es, incluso, que se lleve a
cinco canteranos a los entrenamientos, cuando ni siquiera brinda oportunidades a sus ya curtidos suplentes.
A mí me intriga, con todo, saber
si Montella está únicamente preocupado por 'salir guapo' en las fotos esta temporada o si se ve más allá de verano en el banquillo nervionense. Por el tiempo que le dedica a LaLiga, lo que realmente da de comer a un club, y a varios activos de la entidad, a los que está devaluando día a día, diría que lo primero. Eso sí,
en el Allianz Arena volverá a ponerse su mejor chaqueta. Allí habrá muchas cámaras. Muchas más que el año que viene, al menos, cuando el Sevilla
podría incluso estar fuera de Europa.