No,
no era una cuestión de huevos, como pedían algunos, sino de trabajar mejor en el apartado físico, de no rotar por rotar, de estar más juntos y ordenados sin balón, de ser más verticales tras la recuperación... De
tener una buena idea y saber ejecutarla, en definitiva. Este Sevilla es otro. Antes también corría, pero ahora lo hace con sentido y le luce mucho más. A esto no se gana con testiculina. Se gana sabiendo explotar las virtudes propias y las debilidades del rival. Se gana con fútbol.
Montella ha traído cordura. Ha situado a
Mercado donde mejor rinde, ha dado
confianza a jugadores que la tenían por los suelos, como Corchia, Correa, Vázquez, Sarabia o Muriel, y
ha dotado al equipo de una identidad.
Jugar en menos metros es clave. Berizzo nunca se percató de que estar tan estirados facilitaba las transiciones ofensivas del rival y perjudicaba a las propias. Sus centrales estaban demasiado pegados a Rico, mientras Muriel vivía en permanente fuera de juego.
El colombiano es
uno de los muchos jugadores que han mutado. En Cornellà ha firmado un gol muy suyo, de esos que suele hacer tras caer a la izquierda e iniciar una de esas potentes carreras que le valieron para ser comparado -en ese aspecto- con
Ronaldo Nazario de Lima. No debe de ser casualidad que lo haya hecho tras jugar dos partidos seguidos y no tras gozar de 10 minutos de cada tres. Quizá no valga los más de 20 millones pagados por el Sevilla, pero se trata de un futbolista con unas condiciones muy interesantes que
está por explotar. Sin jugar era complicado mostrar algo, claro.
Otro del que hay que hablar bien es del 'Mudo'. Hizo un gran desgaste en la resta, estuvo siempre cerca del poseedor del balón, interpretó bien la salida, la aguantó a la espera del resto de compañeros, las ganó por alto... Es, sin duda,
un jugador tan bueno como incomprendido.
Parecía muy malo, como todos los demás. La plantilla tiene para mucho, como se ha comprobado en los dos últimos encuentros. Eso sí,
que los triunfos no impidan ver sus taras. De momento, a la espera de fichajes (en enero todo se mueve al final), los sevillistas ya pueden estar más tranquilos: la realidad es mucho mejor de lo que parecía. Ahora todos parecen guapos, modelos, si el martes acaban por eliminar de la Copa al Atlético.