Luiz Henrique: "Lo tengo todo preparado para ir al Betis, pero algún día volveré"

Aclamado por la grada de Maracaná y manteado por sus compañeros en su adiós ante el Botafogo, se sincera en su última entrevista en Brasil, la más personal

Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura
Uno de los tres fichajes que tiene cerrados el Real Betis para la 22/23, de momento los únicos hasta que haya salidas que liberen tanto fichas como masa salarial (se marcharon Joel, Bellerín y Tello, pero regresan Loren, Dani Martín y Rober, más las dos caras nuevas), lleva un par de semanas despidiéndose de los suyos. Primero, el 19 de junio, su entrenador, Fernando Diniz, los sustituyó en el minuto 88 ante Avaí para que la grada de Maracaná le arropara en su último encuentro en casa, al tiempo que fue manteado el domingo siguiente en la visita al Botafogo por sus compañeros, pues ya no estará el 3 de julio frente al Corinthians. Ese fin de semana, se le espera en la capital hispalense para conocer la ciudad y su nuevo club, con el que arrancará el lunes 4 la pretemporada con las preceptivas pruebas médicas.

Como ya se ha explicado, al venir de competir al máximo nivel, la incorporación de Luiz Henrique será gradual para que no tenga luego bajones y se vaya equiparando al ritmo de sus compañeros, la mayoría de los cuales lleva casi mes y medio sin trabajar. Habrá que frenarle, porque el extremo llega como una moto, aunque se pronuncia con el respeto que merece un Fluminense que lo acogió cuando aún era un niño. Vamos, con 21 años lo sigue siendo, aunque y está casado y tiene una niña pequeña. Con la cabeza en su sitio, como no se cansa de repetir en la entrevista que ha concedido a modo de adiós formal en los medios oficiales de la que todavía es su entidad, aunque ya ha llegado el primero de los tres plazos del traspaso que abonará el Betis (nueve millones fijos y 2,6 en bonus).

“A la hinchada tricolor, os mando un abrazo y os doy las gracias por lo mucho que me habéis ayudado dentro del campo. Estoy muy feliz de teneros a mi lado y, si Dios quiere, algún día volveré. Éste ha sido mi primer club, mi primera casa, el que me abrió las puertas y me ayudó en todo. Siempre tendré un cariño enorme por el Fluminense”, reconoce el atacante, que recordó cómo fueron sus inicios: “Mi inspiración fue mi hermano, que también quería ser jugador de fútbol. Él fue el que me enseñó a dar los primeros toques al balón. Tuve la suerte de que un empresario me viera jugando en mi comunidad, Petrópolis, y me ayudara mucho a llegar al Fluminense. Fueron pasando los días y me hice profesional. Al principio, fue duro pasar de Petrópolis a Río de Janeiro; no sabía de nada, pero tenía claro que quería llegar lejos para ayudar a mi familia, a mis padres y mis hermanos, que dependían de mí. Tenía que dar lo máximo por ellos”.

Se alegra Luiz Henrique de seguir siendo el mismo chico tímido y humilde que llegó a los escalafones inferiores de la entidad tricolor: “Conservo muchos amigos de la cantera del ‘Flu’. Fueron muchos años formándome; iba muy feliz a entrenarme todos los días por hacer lo que me gusta y estar con ellos. Es un placer verlos jugar también, me emociono cuando compruebo que les va bien”. Sobre su familia, es uno de los pilares de su vida, lógicamente: “Mis padres están muy felices con mi éxito y se alegraron cuando me vieron llegar al primer equipo de Fluminense. Me acuerdo de que hice una gran compra para mi madre y lloramos juntos; que pudiera hacer algo por ellos fue emocionante. Mi padre me ayudó mucho a conseguir mis objetivos; está orgulloso de mí, pero también me ayuda a tener la cabeza en su sitio, a estar tranquilo. Él conoce mi potencial y dice que voy a triunfar donde sea”.

Y no sólo sus más allegados, porque el zurdo está muy asentado en su comunidad, Petrópolis, que lleva siempre por bandera: “Tengo mucha gente, que ha pasado mucha dificultad y que ha trabajado mucho para superarlas, que me apoya y se alegra por mí. Mi mujer me ayudó mucho en los malos momentos, a tener la cabeza en su lugar. Si no fuera por ella, no sería profesional hoy. Le agradezco mucho su apoyo”. Ahora, le esperan en Sevilla, una aventura que, lejos de imponerle miedo o respeto, le ilusiona sobremanera: “Todo lo que me propuse, lo logré conquistar. Mucha gente alrededor mía me ayuda a estar tranquilo y centrado. Ha pasado todo muy rápido para mí; pensaba que tardaría más en llegarme esto, pero afortunadamente fue pronto. Tengo todo preparado para viajar a Sevilla y afrontar lo que tenga que llegar”.