Son las
08:30 de la mañana de un 22 de junio, tal día como hoy de hace ya dos décadas. España entera había puesto el despertador y acababa de pegarse un
mayúsculo madrugón para sentarse ante el televisor y ver el partido de cuartos de final del
Mundial de 2002. Era el día señalado para romper el maleficio histórico en esa ronda de los ocho mejores y hacer valer la teórica superioridad que la 'Roja' de
José Antonio Camacho tenía sobre su rival, un cuadro coreano que jugaba en casa al ser co-organizador junto a Japón.
Justo
20 años después,
el enfado y la frustración siguen muy vivos en la memoria colectiva de todo el país. El partido aún es recordado con nitidez por todos los que vieron ese encuentro y ni siquiera ha sido borrado con esos ocho mágicos años entre 2008 y 2012 en los que España fue dos veces campeona de la Eurocopa y ganó su hasta ahora único Mundial. Aquel
España-Corea es tan legendario como las noches de gloria en Viena, Johannesburgo o Kiev y
en el relato hay dos grandes protagonistas.
Uno, inolvidable, fue el árbitro egipcio
Gamal Al-Ghandour, quien
dejó en anécdota el codazo de Tassotti a Luis Enrique en el España-Italia de los cuartos de final de USA'94 con dos goles injustamente anulados (a Morientes y Baraja), un amplio puñado de fueras de juego inexplicables y delirantes faltas que sólo eran apreciables a ojos del polémico colegiado y de sus asistentes, el trinitense Michael Ragoonath y el ugandés Ali Tomusange.
El otro actor principal de la historia es el capitán del Real Betis Joaquín Sánchez, quien lleva siendo víctima de una injusticia durante estas dos primeras décadas del siglo XXI. El resumen corto de aquella eliminatoria que se decantó del lado coreano en una tanda que acabó 5-4 es que el se limita a decir que
el portuense falló un penalti que fue decisivo a la postre, ya que fue el único de los diez lanzamientos que no fue gol.
A lo sumo,
los más generosos, añaden aquella mágica asistencia pegada a la línea de fondo que Morientes mandó al fondo de la red y que fue anulado por el árbitro aludiendo que el balón había salido, algo que las imágenes se encargaron pronto de desmentir para indignación general; pero
pocos, muy pocos, son los que recuerdan el partidazo sublime que realizó el futbolista del equipo del Betis, que en 2002 pasaba por su momento de consolidación como verdiblanco, dos años después de su debut con el primer equipo y mucho antes de sus etapas en Valencia (2006-2011), Málaga (2011-2013) y Florencia (2013-2016) previas a su vuelta a casa.
Para los aficionados más jóvenes que no vivieron aquel recordado partido, para los que optaron por no madrugar ese día o para los desmemoriados, la cuenta de Twitter
@FootballVintag4 ha compartido un vídeo con
los mejores momentos de Joaquín en aquel Corea-España.
Rápido, desequilibrante, vertical, con llegada, con un guante en su bota derecha... Una auténtica exhibición, probablemente su mejor actuación individual con la selección, a la que Al-Ghandour y aquel penalti demasiado centrado han restado brillo durante los últimos 20 años.