Se ha resistido a abandonar Heliópolis en las cuatro últimas ventanas de transferencias, por lo que no parece que la que se abrirá en dos fines de semanas vaya a ser una excepción. Se encuentra a gusto en la capital hispalense, donde se siente cómodo, integrado, muy valorado en el vestuario. Y está encantado con Manuel Pellegrini, que le dio (hasta públicamente) cuando tuvo que hacerlo, pidiéndole más compromiso, que diera todo lo que sabe que lleva dentro, pero que le ha defendido contra viento y marea, exigiendo su continuidad y sacándole un rendimiento estratosférico. El mejor desde que aterrizara en el Real Betis. Incluso, dicen las malas lenguas que el 'Ingeniero', cuestionado acerca de cuál de sus mediocentros considera más imprescindible llegado el caso de existir ofertas importantes por ambos, señaló a Guido Rodríguez como la venta que le haría menos daño.
Con el italo-argentino, al menos, el 'problema' no es inminente, pues termina contrato el 30 de junio de 2024, un año justo después que el internacional portugués. Objetivamente hablando, este verano sería el último para recuperar parte de lo invertido en 2018 (16 millones de euros fijos y 4 en bonus por el 75% de su pase, que ascendió al 80% por el traspaso de Feddal), por lo que en La Palmera se afanan en renovarle. Si no puede ser, como con Fekir, Canales, Rodri o Borja Iglesias, en un plan a largo plazo (hasta 2026), sí a la manera de Álex Moreno, una campaña más. Ganando tiempo y margen para conseguirle un trato mejor y, por si acaso, poder acoger un préstamo que también beneficie al oriundo de Luanda sin perder el margen de maniobra.
Pero los agentes de William Carvalho, según los primeros contactos con el Betis, no parecen por la labor de momento. Las conversaciones, para ser justos, están en una fase embrionaria, con citas pendientes en las que, claro está, se podrían acercar posturas. Porque, en su fuero interno, el luso-angoleño no tiene ninguna intención ni necesidad de cambiar de aires. Aquí nació su único hijo, Bryan, y, si bien hay amistades que se marcharon (como la de Sidnei y su familia), tiene allegados muy de su gusto en un grupo de profesionales que le adora y le reconoce. Con la parsimonia que demuestra sobre el verde, rechazó hace ahora un año a Fulham, Besiktas y Benfica (enemigo acérrimo de 'su' Sporting CP). Actualmente, ni siquiera la presencia en el Fenerbahce de su amigo Jorge Jesús termina de convencerle, aunque sus asesores han transmitido a los turcos que, llegado el caso, querrían aumentar su caché (de 2,5 kilos limpios a 3,5).
Si hay un destino que sí le hacía tilín, puestos a marcharse para sanear un poco las cuentas del Betis, es el José Alvalade. Pese a que no salió como le gustaría (con la denuncia al entonces presidente por las agresiones sufridas por parte de los ultras sportinguistas, pidiendo la carta de libertad, si bien los dirigentes verdiblancos prefirieron pactar un precio y no meterse en líos a medio plazo), nunca se ha olvidado de sus colores verdiblancos, los que lleva realmente en el corazón. No se habría perdonado a sí mismo jugar en Lisboa con otra camiseta (en los mentideros, con todo, se habla de una cláusula penalizatoria de 20 millones si fichaba por Benfica, Oporto o Braga). Además, ha felicitado en sus redes sociales a los 'Leoes' por todos sus éxitos recientes. Lo que no quita que parte de su antigua afición no le perdone. Hasta le han pitado con la selección en el que fue su estadio.
Recientemente, se especulaba con una propuesta de hasta 10 millones de euros del Sporting por Carvalho, aprovechando los traspasos de Nuno Mendes al PSG y de su homólogo Palhinha al Fulham. Recuperaría a un mediocentro en plenitud de facultados, con 30 años y unas ganas locas de redimirse en 'casa'. Pero nada más lejos de la realidad. Según ha podido confirmar ESTADIO Deportivo, William no está en los planes del entrenador lisboeta, Rúben Amorim, que planea cubrir la marcha de su pivote titular con la promoción del canterano Dário Essugo (17) y el fichaje del japonés Hidemasa Morita (17), que está brillando en Portugal en las filas del modesto Santa Clara, con el que tiene vinculación hasta 2024, aunque saldría por una cantidad razonable.