El hecho de que el
Real Betis esté negociando a varias bandas mediocentros para suplir eventuales bajas en esa parcela también hace que intermediarios y agentes ofrezcan posibilidades de mercado con las que Antonio Cordón no contaba o, al menos, no priorizaba.
Ése puede ser el caso del internacional libio
Al Musrati, al que según asegura el diario A Bola, el Betis habría tanteado. Al contrario que otros más polivalentes por los que se ha relacionado al club heliopolitano en las últimas semanas, el futbolista norteafricano del Braga vendría a cubrir una plaza, la de pivote defensivo, en la que el Betis tiene a
Guido Rodríguez, a
Paul y en la que también puede jugar
Edgar. Aunque la cubrirá en el caso de que el argentino abandone la nave verdiblanca.
Por Guido Rodríguez, uno de los mejores futbolistas del Betis en las dos últimas temporadas, esperaban desde el club buenas ofertas este verano, pero aún no ha llegado un interés que haga pensar que puede abandonar la entidad a corto plazo. Y si no hay salidas tampoco habrá entradas.
Al Musrati, además, al contrario que
Xeka o Grillitsch,
es caro. Según este mismo medio,
el Fulham preguntó por él y el Braga pidió 12 millones de euros, justo su valor actual de mercado (según transfermarkt). No es el único club al que A Bola relaciona con el internacional libio, pues al Betis habría que unir al
Fernebahçe -que también quiere a William Carvalho- y al
Wolverhampton. Aunque este último
se caería de la ecuación, ya que tiene casi cerrado el fichaje de Joao Palhinha por 20 millones más cinco en variables.
Antonio Salvador, presidente del Braga, no piensa devaluar a su jugador. Al Musrati aún tiene dos años de contrato y ha sido fundamental en la gran campaña del equipo del norte de Portugal. El conjunto de Carlos Carvalhal llegó a cuartos de final en la Europa League, en la que cayó ante el
Rangers escocés, y se clasificó cuarto en la Liga, por detrás de los tres grandes y con mucha suficiencia, por lo que volverá a repetir el próximo año en la segunda competición europea.
Y en ese gran año, el jugador libio de 26 años y casi 1,90 de altura ha disputado 45 partidos y casi 4.000 minutos, en los que ha marcado dos goles y ha dado dos asistencias. Aunque en su selección no juega desde que Javier Clemente dejó el cargo.