El centrocampista
Víctor Camarasa, prácticamente inédito en las dos últimas temporadas por una grave lesión de rodilla, ha dado la sorpresa del día al
renovar su contrato con el Real Betis por una campaña, hasta junio de 2023, según anunció este miércoles el club verdiblanco que ha tenido un
gran detalle con un futbolista que se veía sin equipo y lesionado de gravedad. El valenciano, quien acababa contrato el próximo 30 de junio, no ha tenido suerte hasta ahora en su periplo como futbolista heliopolitano por culpa de las lesiones, que volvieron a frenarle esta temporada y le obligaron a
ser operado el pasado 18 de abril, después de llevar un par de meses de baja, para solventar sus
molestias en el tendón rotuliano de la pierna derecha.
"Sólo tengo palabras de agradecimiento al club, porque es un detalle muy bonito que me hace ser aún más positivo si cabe ante una
situación bastante complicada. No es sólo un año difícil, han sido dos temporadas muy difíciles sin poder hacer lo que me gusta ni desempeñar mi trabajo.
Sólo puedo dar las gracias, al club y al míster por su confianza, y a todos mis compañeros y seres queridos por su apoyo y hacer posible que esto sea más fácil de llevar. Sé que tengo a los mejores aquí, llevo dos años trabajando con ellos, son muy buenos, tengo plena confianza en ellos y me alivia mucho esta situación a la hora de centrarme en recuperarme cuanto antes", ha indicado Camarasa en una entrevista con el programa
'Todo al Verde', de
BetisTV.
Su último encuentro con el Betis fue el 21 de enero en el campo del Espanyol, donde disputó 6 minutos, y desde su intervención el pasado abril lleva a cabo un trabajo de rehabilitación que le condena a quedarse
sin vacaciones: "No podría hacer otra cosa.
Mi cabeza no podría irse de vacaciones, el objetivo es trabajar y trabajar, estar centrado en dar cada día un pasito más en la recuperación de mi rodilla. Hay días malos, que parece que no vas a levantar cabeza, pero para eso está toda esta gente para ayudarme a seguir", señaló, incidiendo especialmente en
los consejos de un resiliente nato como Sergio Canales. "Él ha pasado por esto tres veces, sabe mejor que nadie por lo que estoy pasando y me pregunta mucho, me aconseja, hablo mucho con él.
Es un ejemplo para mí. Me da apoyo mental. Si él pudo, yo puedo también".
Dos años de pesadilla
La pesadilla de Camarasa comienza en agosto de 2020, en un entrenamiento de pretemporada en la ciudad deportiva justo en medio de dos concentraciones.
"Ahí me rompí el ligamento cruzado, con afectación del menisco, pero de esa lesión no me quedaron secuelas y me recuperé bien, pero entonces me empezó a dar la lata el tendón rotuliano. Después de intentarlo todo vimos que lo mejor era intervenir quirúrgicamente y en eso estamos, con buenas sensaciones, esperanzas y deseando pisar césped cuanto antes".
"Me quitaron las muletas la semana pasada y ahora voy poco a poco eliminando la pequeña cojera que te queda, estoy subiendo y bajando escaleras con más facilidad y me dicen que todo va muy bien, incluso se sorprenden porque después de los pocos días de la operación
tuve un buen machaque para la rodilla con la celebración de la Copa y la verdad es que está yendo muy bien. Es un proceso largo y no me pongo plazos, sólo quiero disfrutar de cada día que me encuentre un poco mejor", señaló sobre su recuperación.
Celebración frustrada en el gol de Borja y la ovación de la afición
Y es que Camarasa dejó
una de las imágenes más comentadas de la final de la Copa del Rey contra el Valencia. Sentado en el banquillo, como uno más en la convocatoria pese a que había sido
operado cinco días antes, quiso levantarse y saltar como el resto de compañeros con el
gol de Borja Iglesias, pero su rodilla recién operada no se lo permite y se queda celebrándolo solo, sentado: "Mi intención era salir, pero me doy cuenta de que no puedo, reculo y me siento, pero
las ganas eran de tirar las muletas y salir corriendo".
"En el autobús iba bien, pero fueron muchas horas y ya en la Catedral no podía más, me tuve que sentar y poner la pierna en alto; pero estoy muy feliz por vivir todo aquello y, sobre todo,
por la ovación que me dio la afición en el estadio. Eso es algo muy importante, que te hagan sentir uno más, es de agradecer. Ha sido un año muy bonito, me da rabia no haber podido participar, pero he disfrutado lo que me han regalado mis compañeros y ha sido muy muy bonito", añadió Camarasa, que
se emocionó al hablar de esos días malos.
Momentos duros y la soledad del futbolista
"No pudo engañar a nadie, lo he pasado muy mal, claro que sí. He tenido más momentos de positivismo y de pensar 'Me voy a levantar' que días malos, que también he tenido. A lo mejor mis padres no saben todo lo mal que lo he pasado. Hay días en los que
he llegado a mi casa después de entrenar y me he quedado media hora metido en el choque diciendo 'Es que no puedo'...", relataba con dificultad, porque ahí se le empezaba a quebrar la voz. "Me emociono porque claro que lo he pasado mal", se justificaba.
"El míster ha sido muy importante. Hablo con él el día del Bernabéu -antes del último partido de la temporada- y me muestra su confianza en mí, me da ánimos, me pide que tenga paciencia... y me pregunta si voy a estar para el 5 de julio, en la vuelta a los entrenamientos. Ojalá, no creo que llegue, pero si tengo que ir, voy", señaló entre risas un Víctor Camarasa que volvió a ponerse serio para remarcar que le está "muy agradecido a Pellegrini" y "deseoso de devolverle esa confianza".