En
Barcelona van a tener un verano entretenido. De hecho, ya hace meses que lo tienen. Sea por la locuacidad de Joan Laporta, porque la táctica le funcionó en enero o porque la necesidad apremia, parece que quieren a medio mundo y que han tocado al otro medio.
Ayer,
Joan Laporta señaló que había preguntado por
Mbappé y que estaba pidiendo "50 millones" -hoy lo desmintió el entorno del jugador-, antes hizo parecer que era el gran favorito para fichar a
Haaland antes de echarse para atrás porque era "muy caro", hace meses filtraron la posibilidad de incorporar a Fekir, recientemente andan con
Lewandowski, ahora también
Koundé... pero lo único seguro es que han acaparado la mitad de la deuda de los clubes de la LaLiga durante los dos años de pandemia y que son el único de los 42 equipos de LaLiga con un balance negativo, muy grande (-144 millones de euros), en el límite salarial a final de temporada.
La realidad es esa, que pese a que ya han vendido a
Coutinho, para poder incluso inscribir a los futbolistas que tienen atados -Kessie y Christensen- tienen que salir jugadores, muchos de los cuales no son fáciles de encontrarle equipo en las condiciones que busca el club blaugrana. Y en eso es en lo que de verdad están centrados.
El presidente del Barça no tuvo reparos ayer en airear una comida con el dirigente valencianista Anil Murthy, en la que no quiso hablar de lo comentado en la reunión, pero sí se filtró que se había hablado de Gayá y Soler, pero sobre todo de jugadores como
Riqui Puig, Sergiño Dest o Braithwaite. Le interesa que se hable más de estos y que estén continuamente en el escaparate a ver si logra subir su precio o, al menos, que alguien se interese por sus servicios.
Que salgan es fundamental para acometer la gran reestructuración -siete u ocho fichajes- que piensa hacer y ya en años anteriores se les han encallado y se han tenido que quedar los Umtiti, Pjianic o el propio Coutinho con unos sueldos altísimos o cederlos en el último momento asumiendo gran parte de sus fichas.
Y esa presión que están metiendo ahora es la que quieren evitar. Necesitan ventas rápidas antes de que el mercado avance. Las salidas parecen cantadas, han salido listas de 'descartes', pero ayer El Chiringuito afinaba y decía los nueve nombres que deben abandonar el Barça. Siete son fijos (Neto, Dest, Umtiti, Lenglet, Mingueza, Braithwaite y Riqui Puig) y aparte están Memphis Depay y Frenkie de Jong, que dependerían de las ofertas que puedan llegar por ellos. De estos, sólo estos dos últimos tienen cartel para sacar mucho dinero, mientras que el resto no es nada fácil de colocar, de ahí que los expongan continuamente en el escaparate. Y aparte está Pjanic, Trincao...
De ellos, hay dos que han estado en la órbita del
Real Betis en los últimos años:
Riqui Puig y Mingueza.
Por el primero ya hubo contactos cuando aún estaba Serra Ferrer y volvió a estar en la órbita al siguente año de la salida del mallorquín. Y por
Mingueza hubo interés la pasada campaña, en la que salía Emerson, precisamente con destino a Can Barça.
Curiosamente son
dos de las posiciones en las que se va a trabajar este verano. Pero ninguno de ellos son las primeras opciones y ni siquiera han aparecido entre los primeros nombres que se han podido filtrar.
El Betis buscará a alguien para el
lateral diestro, pese a tener a Montoya y a Sabaly, pero la única opción que maneja en principio es retener por muchos años a Héctor Bellerín. Mientras tenga esa posibilidad no mirará a otro lado.
Y en el puesto de
mediocentro ofensivo, para el que sólo tiene a William Carvalho y eventualmente a Canales, tiene otras prioridades como Marc Roca, con un perfil más defensivo, el joven polaco Sebastian Szymanski o, por supuesto, Dani Ceballos.
Cuadran en las posiciones, no en todo lo demás, pero están ahí. Y aunque Laporta presione para 'meterselos por los ojos' a otros clubes, con el paso de las semanas bajarán de precio o, como pasó con Griezmann o Luis Suárez, a alguno tendrá que 'regalarlo'.