Los lectores de ESTADIO ya conocen desde el pasado 26 de enero, hace más de tres meses, que
Juan Mata no renovará con el Manchester United y que tiene decidido volver a LaLiga, donde ha sido seguido de cerca por Real Betis, Real Sociedad y Valencia CF. La cuestión no ha sufrido variaciones reseñables, porque desde la cúpula donostiarra desmentían categóricamente un almuerzo en San Sebastián entre el presidente 'txuri-urdin', Jokin Aperribay, y el padre y agente del atacante, quizás para no levantar la 'liebre', como hicieron perfectamente para firmar a un igual como David Silva. Ahora, 'Sport' reitera las intenciones del burgalés criado en Oviedo, con los mismos clubes pendientes de su decisión, cada vez más cercana, cada uno jugando sus cartas.
Este lunes, Old Trafford despedía con una sonora ovación a Mata y Matic, que terminan contrato y saben ya desde hace tiempo que no continuarán ligados a los 'red devils'. Su entrenador, Ralf Rangnick, otro que no sigue (al menos, en el banquillo, porque en teoría será director deportivo, con Ten Hag como míster), tuvo el detalle de brindarles la titularidad en el encuentro ante el Brentford, sellado con un triunfo (3-0) que ratifica la plaza de Europa League de una entidad hecha para mucho más. Con 36 jornadas disputadas (por 34 o 35 del resto), sólo un pleno en las visitas a Brighton y Crystal Palace, más una debacle deportiva de Arsenal y Tottenham obraría el milagro de la Champions, que prácticamente han descartado ya.
El caso es que la inmensa mayoría de los 73.482 espectadores que acudieron al recinto de Sir Matt Busby Way se levantaron para reconocer lo mucho que ha aportado Mata desde su llegada en 2014, procedente del Chelsea, a cambio de 44,73 millones de euros. Los 'blues' lo habían comprado dos años y medio antes del Valencia por 26,70, por lo que serán once temporadas en Inglaterra del extremo y mediapunta, que sumó a sus títulos con España (sendos Europeos sub 19 y sub 21, más una Eurocopa y un Mundial con la absoluta) y el Valencia (una Copa del Rey) otros siete, cuatro de ellos con la camiseta del United. El ex del Castilla devolvió la gentileza a la grada de Old Trafford, que no volverá a pisar como local, y pasó un buen rato luego fuera firmando autógrafos y posando para los móviles de los hinchas rojinegros. Allí es, por méritos propios, toda una leyenda.
Ahora, con 34 años recién cumplidos y tres campañas de claro ostracismo en Manchester, toca pensar en el que probablemente sea el último contrato de su dilatada carrera. Sus asesores echan balones fuera, pero todo hace indicar que el futbolista habrá de decidirse entre el corazón (volver al Valencia) o la cabeza (Betis o Real Sociedad). Y es que en Mestalla se reencontraría con un club, una hinchada y varios empleados que conoce perfectamente, pero no disputará competiciones europeas, lo que le garantizan en Heliópolis y, salvo hundimiento final, en Donostia, donde, por cierto, se reencontraría con su amigo Silva. Pellegrini, que desea un equipo con calidad y experiencia para afrontar las cuatro competiciones de la 22/23, le acogería con los brazos abiertos.