Un gol de Borja Iglesias en el arranque y otro de Hugo Duro cuando parecía más cerca el segundo de los verdiblancos deparó un partido de lucha, incertidumbre y tensión, que acabó decidiéndose en los penaltis.
La final comenzó con mucha intensidad en el juego, tal como se preveía, con el Betis con un mayor dominio del balón que le dio sus frutos pronto, al cabecear Borja Iglesias, solo en el área y en un despiste de la zaga valencianista, un centro de Héctor Bellerín, aunque el Valencia reaccionó bien al golpe recibido y a los 30 minutos, en una contra en la que el guineano Ilaix Moriba le puso un gran balón a Hugo Duro para que batiera, con un toque sutil, al chileno Claudio Bravo.
La segunda mitad fue igual de intensa, con un Valencia que dominó en los primeros minutos, en los que Bravo salvó a su equipo, y un Betis que avasalló al final y mereció el triunfo. Entre el portero ché y el árbitro canario, que no expulsó a Guillamón, no pitó un claro penalti sobre Fekir... llevó el partido a la prórroga.
En la prórroga, con los dos equipos exhaustos, fue más una prueba de resistencia que no tuvo un claro ganador. Así se llegaron a los penaltis, donde falló Musah y Miranda cumió su sueño.
Éstos son