No hay un solo bético, ni dentro ni fuera del club, que vislumbre un
futuro inmediato sin
Manuel Pellegrini al frente del primer equipo masculino de fútbol. Tampoco entra en los planes del míster chileno
incumplir un contrato, movimiento que lleva muy a gala no haber tomado en toda su dilatada carrera, como tampoco dejarse llevar por tentaciones monetarias. Zanjó con
omisiones, risas o la displicencia con el máximo respeto los
rumores que han ido surgiendo desde que aterrizara en Heliópolis en plena cúspide de contagios por la pandemia, hace ahora dos años. Nada más llegar, se habló de su retorno a la
Superliga china, luego fue la
selección de Chile... Incluso, 'cantos de sirena' de la
Premier, que conoce perfectamente por su etapa en el
Manchester City (la mejor) y el
West Ham (la peor). Nada. Humo.
Vamos,
el interés o las propuestas pudieron haber existido, pero el entrenador santiaguino dio su palabra al
Real Betis, hasta el punto de que amplió hasta 2025 las pasadas
Navidades un contrato que expiraba inicialmente en 2023, pero que, dados los excelentes resultados, se quedaba corto. Dentro del plan auspiciado por
Haro, Catalán, Cordón y compañía de 'blindar' a sus '
pesos pesados', acaso negociando ligeramente a la baja ciertas cantidades a cambio de más años de vinculación para adelgazar la nómina salarial y el tope fijado por LaLiga. En esa suerte entraron
Canales, Fekir, Borja Iglesias, Álex Moreno, Rodri y, más recientemente,
Edgar, mientras que los veteranos
Bravo y Guardado seguirán una campaña más, un camino que probablemente seguirá el capitán,
Joaquín Sánchez.
Ahora, desde
Brasil apuntan otra tentación para Pellegrini, la '
canarinha'. Palabras mayores, obviamente. Su nombre y el de
Pep Guardiola están anotados en un lugar preferente de la ambiciosa agenda de la
CBF para sustituir a Tite, que no acaba de convencer a ejecutivos y aficionados del gigante suramericano. Todo hace indicar que deberán rebajar sus pretensiones, al menos en el caso del 'Ingeniero', que ya ha dejado claro que no rompe sus contratos, respetando su palabra. Señala la prensa brasileña que su
cláusula de rescisión asciende a "sólo
cinco millones de euros", si bien, para ejecutarla, han de contar con el
beneplácito del interesado, que ya ha recalcado que no tiene previsto dejar de adiestrar clubes y que, de decantarse por una selección en el futuro, sería por '
La Roja', la de su país, aunque antes deben producirse
cambios estructurales en la nación transandina.