Adiós a un capitán: "El Betis es brutal, tienes que estar ahí para entenderlo"
El exportero bético Casto se retira a sus 39 años tras vivir una dura experiencia en el Extremadura

No se ha ido de la forma que le habría gustado. Casto Espinosa dice adiós al fútbol. Lo ha hecho tras desvincularse hace algunas semanas del Extremadura. Él y Morcillo fueron los últimos en abandonar un barco a la deriva, que aún sobrevive con jugadores del filial, pero que parece tener los días contados.
El portero extremeño militó durante seis temporadas en el primer equipo del Real Betis, en los que sumó 71 partidos antes de pasar por Las Palmas, Almería, Alcorcón y, finalmente, el conjunto de Almendralejo, donde ha dicho adiós a sus 39 años.
"Tomé la decisión de que el Extremadura iba a ser mi último equipo y preparando otras cosas, poniendo la vista en otros objetivos e ilusionado también (...) Me habría gustado terminar mi carrera en el campo, donde creo que debería haberlo hecho, pero por circunstancias que todos conocemos no ha podido ser y no he podido retirarme como me hubiera gustado. Estoy contento por mi trayectoria y feliz con lo que he conseguido. Me siento orgulloso de haber estado tanto tiempo jugando a fútbol", asegura en una entrevista en el Hoy Extremadura, en la que hace balance de su carrera y recuerda lo que fue su paso por el Real Betis.
"Si no es el club más importante -de su carrera-, sí que es el que más repercusión ha tenido en mí", admitia Casto, que sólo tiene palabras de elogio para el club verdiblanco. "Es un club brutal y que tienes que estar ahí para entenderlo. Hemos ido a muchas ciudades, a muchos países, y siempre ha habido gente del Betis, y no poca. Es algo muy difícil de explicar lo que es vestir esa camiseta y tiene mucha responsabilidad", significaba.
El guardameta de Pueblonuevo del Guadiana admite que "no esperaba tener una carrera tan larga", en la que ha tenido momentos de felicidad, como los ascensos con el Real Betis y la UD Las Palmas, con otros más duros. Entre ellos está la pérdida de dos compañeros, dos referentes del Real Betis y del Sevilla FC: Miki Roqué y José Antonio Reyes. "Los dos casos los tengo grabados en la memoria y los recuerdo como si fueran ayer mismo. El de Miki fue muy complicado porque se alargó mucho en el tiempo y es un palo para cualquiera. Lo estaba haciendo bien, jugando mucho, y le llegó esta noticia tan tremenda. Lo que vino después con tantas operaciones y tanto sufrimiento para nada fue complicado. En cuanto a Reyes íbamos a Cádiz y por Sevilla nos enteramos de lo que había pasado y nos quedamos en shock. Fue una situación bastante desagradable que no le deseo a nadie", admitía.
Casto, que tuvo ofertas para continuar en lo que resta de temporada, no ha querido seguir después de vivir una situación tan difícil en el Extremadura, con mucho sufrimiento desde el pasado año y un final tan duro. Aunque al menos le quedó el sabro dulce de decir adiós con un triunfo sonado, en Irún, ante un histórico y con un equipo formado por dos profesionales, él y Morcillo, y un montón de chavales del filial. "Fuimos con pocas ilusiones por ganar, la verdad, con pocos entrenamientos y se hablaba de todo menos de fútbol. Hicimos un excelente partido y la ilusión pudo a la experiencia. Conseguimos una victoria que deja un buen sabor de boca después de todo y la recuerdo con mucho cariño", admitía.
Fue el adiós a un portero que no dejó la huella de otros en el Betis, pero al que siempre se le quiso y que llegó a portar el brazalete de capitán en su última temporada. Eso no lo pueden decir muchos.
El portero extremeño militó durante seis temporadas en el primer equipo del Real Betis, en los que sumó 71 partidos antes de pasar por Las Palmas, Almería, Alcorcón y, finalmente, el conjunto de Almendralejo, donde ha dicho adiós a sus 39 años.
"Tomé la decisión de que el Extremadura iba a ser mi último equipo y preparando otras cosas, poniendo la vista en otros objetivos e ilusionado también (...) Me habría gustado terminar mi carrera en el campo, donde creo que debería haberlo hecho, pero por circunstancias que todos conocemos no ha podido ser y no he podido retirarme como me hubiera gustado. Estoy contento por mi trayectoria y feliz con lo que he conseguido. Me siento orgulloso de haber estado tanto tiempo jugando a fútbol", asegura en una entrevista en el Hoy Extremadura, en la que hace balance de su carrera y recuerda lo que fue su paso por el Real Betis.
"Si no es el club más importante -de su carrera-, sí que es el que más repercusión ha tenido en mí", admitia Casto, que sólo tiene palabras de elogio para el club verdiblanco. "Es un club brutal y que tienes que estar ahí para entenderlo. Hemos ido a muchas ciudades, a muchos países, y siempre ha habido gente del Betis, y no poca. Es algo muy difícil de explicar lo que es vestir esa camiseta y tiene mucha responsabilidad", significaba.
El guardameta de Pueblonuevo del Guadiana admite que "no esperaba tener una carrera tan larga", en la que ha tenido momentos de felicidad, como los ascensos con el Real Betis y la UD Las Palmas, con otros más duros. Entre ellos está la pérdida de dos compañeros, dos referentes del Real Betis y del Sevilla FC: Miki Roqué y José Antonio Reyes. "Los dos casos los tengo grabados en la memoria y los recuerdo como si fueran ayer mismo. El de Miki fue muy complicado porque se alargó mucho en el tiempo y es un palo para cualquiera. Lo estaba haciendo bien, jugando mucho, y le llegó esta noticia tan tremenda. Lo que vino después con tantas operaciones y tanto sufrimiento para nada fue complicado. En cuanto a Reyes íbamos a Cádiz y por Sevilla nos enteramos de lo que había pasado y nos quedamos en shock. Fue una situación bastante desagradable que no le deseo a nadie", admitía.
Casto, que tuvo ofertas para continuar en lo que resta de temporada, no ha querido seguir después de vivir una situación tan difícil en el Extremadura, con mucho sufrimiento desde el pasado año y un final tan duro. Aunque al menos le quedó el sabro dulce de decir adiós con un triunfo sonado, en Irún, ante un histórico y con un equipo formado por dos profesionales, él y Morcillo, y un montón de chavales del filial. "Fuimos con pocas ilusiones por ganar, la verdad, con pocos entrenamientos y se hablaba de todo menos de fútbol. Hicimos un excelente partido y la ilusión pudo a la experiencia. Conseguimos una victoria que deja un buen sabor de boca después de todo y la recuerdo con mucho cariño", admitía.
Fue el adiós a un portero que no dejó la huella de otros en el Betis, pero al que siempre se le quiso y que llegó a portar el brazalete de capitán en su última temporada. Eso no lo pueden decir muchos.