Protagonista destacado en el pase a semifinales de Copa del Rey del Real Betis, Rui Silva está viviendo un momento dulce. Asentado en la titularidad por sus grandes actuaciones y, en este momento, sin rotaciones por la lesión de su compañero Claudio Bravo, el guardameta portugués ha concedido esta semana una entrevista al medio de su país 'ZeroZero.pt', donde repasó su trayectoria reciente, comenzando por su estancia en Sevilla, donde está viviendo "una experiencia increíble", según confiesa: "Vivo cerca de Granada, donde estuve anteriormente, y sólo puedo estar satisfecho. Desde el primer día, todos me recibieron muy bien. El Betis es un club muy familiar, el vestuario es muy bueno y, por eso, la temporada está siendo tan buena. Las condiciones de trabajo son excelentes. Estoy encantado, como dicen aquí en España (risas)".
Para el de Maia, la afición heliopolitana merece un capítulo aparte: "Sentí una gran diferencia con lo que tuve en Granada, aunque la de allí también es muy caliente. Pero aquí es diferente. Siempre hay 45.000-50.000 personas en el estadio y la ciudad vive mucho el fútbol. Realmente, sentimos su apoyo y, cuando las cosas van bien, es fantástico. Por supuesto, la apuesta puede salir mal si los resultados no son buenos. La exigencia es muy alta en el Betis, y así lo sentimos". En parte, por la existencia de otro gran equipo en la ciudad: "Hay mucho respeto. La rivalidad existe y no se puede escapar de ella. El día de los derbis todo empieza a vibrar por la mañana. He hablado con algunas personas y me dicen que ésos son los días más largos. La rivalidad comienza en el desayuno y sigue en la comida y bebida en cafés y restaurantes. Dura hasta la hora del juego. Esto ya se les inculca a los niños, que van con sus padres al fútbol. Es hermoso. En Sevilla, o eres del Betis o eres del Sevilla. En el último, desde que salimos del hotel, tuvimos un apoyo fabuloso hasta el estadio, una procesión verdiblanca. Son días destacados para la ciudad de Sevilla y para los jugadores de ambos equipos. Entonces, por dentro, ya sabes que siempre es intenso".
Rui Silva admite que, en su momento, le dio muchas vueltas a su traslado a España, porque "no esperaba la invitación del Granada", que le llegó mientras "estaba jugando regularmente en el Nacional", pero lo recuerda con cariño: "Fue un momento de afirmación para mí; en enero llegó la oferta. El mercado invernal es siempre una incógnita. Me mudé a España y dejé de jugar, como me temía. En Nacional era titular, y en ese momento era lo que más necesitaba. No era una persona madura; quizás hoy no habría tomado la misma decisión. Pero, finalmente, surgió la oportunidad y quise jugar en España. España e Inglaterra. Quería estar entre los mejores del mundo, pero me mudé a Granada y no tuve la oportunidad. En el fútbol no todo es un lecho de rosas". Pero, año y medio después, ya fue inamovible de la titularidad: "Recién empecé cuando el equipo ya había descendido a Segunda división. Tenía 22 años cuando llegué y quizás no estaba preparado para la Primera división española. Fue difícil para mí esperar mi oportunidad. Por otro lado, siento que fue importante haber empezado jugando primero en Segunda. Fue el paso correcto para mí en ese momento. Hicimos una excelente temporada, tuvimos un ascenso meritorio y, luego, todo fue un proceso natural. El club y yo fuimos creciendo poco a poco, llegamos a competiciones europeas, algo inimaginable para un club tan humilde como el Granada. Fueron tres años extraordinarios".
La competencia (con 'Memo' Ochoa en Los Cármenes, con Claudio Bravo aquí) es un aliciente para el luso: "Esto me obliga a crecer y a no descansar. La competitividad para un portero es muy importante. ¿Es mas difícil? Sí. ¿Cuesta más trabajo? Desde luego. Afortunadamente, he tenido oportunidades y comparto mis días con porteros de talla mundial. Sólo puedo estar orgulloso de mi viaje y de todo lo que aprendí de ellos". Además, estar en LaLiga le permitió enfrentarse a Messi, que "no es uno más" definitivamente, sino "uno de los mejores del mundo", recordando que trabajó para "estar lo más preparado posible, pero él es impredecible y no fue fácil" pararle: "Me metió tres goles (risas). Es un jugador excepcional y es genial estar entre los mejores".
Para el '13' bético, un especialista en detener penaltis (cinco de los diez que le lanzaron en la 20/21), "el estudio es fundamental, analizar a los lanzadores, pero no sólo eso basta. El momento del partido, el resultado... todo influye. Hace unos años, tenía la costumbre de querer desestabilizar al que tiraba de penalti", se movía mucho en la portería. "Cambié. Mientras trataba de desestabilizar al otro, comencé a sentir que no estaba tan concentrado en lo que estaba haciendo. Empecé a concentrarme en mí mismo, en mis acciones, observando cada movimiento y eligiendo el lado para tratar de defender. Desde que comencé a hacer esto, me he vuelto mucho más efectivo". Lo dice quien, según el Observatorio del Fútbol CIES, superó a Courtois como mejor portero de LaLiga en diciembre, "unos datos importantes y gratificantes" en un mes donde le "fue bien en lo deportivo", jugó "con regularidad", tuvo "buenas actuaciones" y encajó "pocos goles". Fue también "excelente para el Betis", pues ganaron muchas veces, y "el reconocimiento es fruto de eso".
Sobre su futuro, ligado hace meses a uno de los tres grandes de Portugal, Rui Silva lo tiene claro: "De momento, estoy sinceramente feliz en el Betis. Juego en un club histórico, estamos haciendo una gran temporada y tengo la oportunidad de volver a jugar en competiciones europeas. Me siento realizado aquí y todavía me quedan cuatro años de contrato. Más tarde, si surge la posibilidad de jugar en Portugal en uno de los tres clubes más grandes, no puedo ocultar que sería feliz. Es un objetivo para más adelante". Por otro lado, cuando le piden que se quede con la parada de su carrera (antes de la que le hizo a Isak este jueves), recuerda que tuvo "excelentes exhibiciones sin ganar" ese partido en cuestión, pero se queda con las que ayudaron a una victoria: "Elijo el Granada-Osasuna. Tuve buenas atajadas en la primera mitad y, en la segunda, defendí el balón y no sé cómo. El rival trató de marcar desde el centro del campo, corrí e hice una parada... bueno, todavía no estoy seguro de cómo. Ganamos 1-0".
Finalmente, el ex de Nacional rememora la reciente pérdida de su padre, que, "sin duda alguna, siempre estuvo" a su lado "y siempre lo estará. Todo lo que consiga será siempre una forma de rendirle homenaje". Si está donde está hoy, le debe "mucho" a su progrenitor: "Por él y por mi madre. Gracias, papá. Gracias, mamá. A partir de ahora, quiero ganar todo para ellos. Fue uno de los días más duros de mi vida, pero sentí que era importante jugar ese partido (ante el Celta, 48 horas después de enterrarlo). Estoy seguro de que eso es lo que quería él". Como también ver a su hijo con la selección lusa: "Ya tuve la oportunidad de estar en la Euro 2020. La temporada me está yendo bien, estoy jugando con regularidad, estamos en todos los frentes competitivos y tengo esa aspiración. Conozco bien la calidad de mis compañeros en la portería; estamos bien servidos y me toca darlo todo para entrar en esas elecciones".