Sergio Canales decantó la balanza de
El Gran Derbi de los octavos de final de la
Copa del Rey con un tanto en la segunda parte de un partido que tuvo 40 minutos en la noche del sábado y otros 50, un tiempo de 5' y otro de 45', en la sobremesa del domingo.
El duelo entre el Real Betis y el Sevilla FC duró casi 30 horas, pero acabó con
final feliz y con eso se queda el cántabro, el autor del definitivo 2-1.
"Todo ha sido un poco triste,
denunciamos lo que ocurrió ayer", señaló sobre el vergonzoso lanzamiento de una barra que impactó en la cabeza del sevillista Joan Jordán y que provocó la suspensión del encuentro, además, cuando mejor estaba el Betis.
"Cosas así no deben pasar nunca en un deporte", remarcaba el cántabro en declaraciones a los medios justo después del 'segundo round' del derbi.
El '10' del Betis quiso dejar clara la rotunda condena del vestuario y prefiere quedarse con el hecho de que el Betis ha sido superior en la eliminatoria y justo vencedor.
"Hay que aprender para que no vuelva a ocurrir, (el agresor) no reperesenta a la afición del Betis ni a sus jugadores. Ha sido todo muy raro, pero
hemos merecido ganar. Hoy también hemos sido muy superiores al Sevilla y lo que importa es pasar".
La pasada madrugada fue muy caliente en redes sociales debido a los mensajes en redes sociales de algunos jugadores del Betis, una polémica que señalaba a Joan Jordán por provocar y a Lopetegui como ideólogo de una estrategia para no jugar más.
Canales se desmarca por completo: "Yo lo viví de forma diferente porque estaba con el árbitro hablando.
Todo eso se tiene que quedar en el campo, en este tipo de partidos hay presión, ilusión y muchas ganas que nos llevan a excesos".
"
Ellos decían que no querían jugar, nosotros que sí... Otras veces se han tirado mecheros y otras cosas y se ha jugado... pero ahí no puedo entrar. Respetamos al árbitro, a las 02:00 de la mañana dijeron que jugábamos y hemos jugado", resumía intentando pasar página de
unas horas vergonzosas para el derbi, para los clubes y para la ciudad.
Canales
hizo un esfuerzo para no perderse el derbi y extremó precacuciones. Su mujer dio positivo en coronavirus y el centrocampista
se mudó a un hotel para evitar contagiarse y perderse el derbi copero. Y menos mal, porque acabó dando el pase a su equipo: "Ha merecido la pena, sobre todo por mi mujer. Muy contento con ello".