Triunfo valiosísimo del
Real Betis en Budapest, más
sufrido (trabajado, si gusta más el adjetivo) de lo que indica el marcador (1-3), que permite a los de
Pellegrini aguantar el pulso al
Leverkusen en lo alto del
Grupo G de la Europa League, si bien el rotundo 0-4 de los alemanes en Escocia les brinda el
liderato. Todo se resolverá las dos próximas jornadas, cuando teutones y heliopolitanos se verán las caras (primero, en el Villamarín) para decidir
quién manda en solitario. Hasta entonces,
sonrisa en La Palmera por mor de un equipo
enrachado, que combinó la
magia de Fekir, el
sacrificio colectivo y la
fortuna (con el autogol de
Wingo) para llevarse tres puntos rubricados sobre la bocina por
Tello. Viento a favor para el que más lo buscó, levantando esta vez no un marcador adverso, aunque sí el bajón que supuso regalar (
Pezzella) el empate al borde del descanso para meter en el partido al
Ferencváros.
Arrancó el partido con
sorprendente dominio magiar. El cuadro de
Peter Stöger no atosigaba arriba, como cabría esperar, sino que atesoraba la
posesión, saliendo desde atrás con
fluidez y paciencia, obligando a los de azul a correr más de lo deseado detrás del balón. Trató de
revertirlo enseguida el conjunto visitante, más cómodo con la
iniciativa que a la
expectativa. Para ello, los heliopolitanos subieron un par de puntos la
presión alta para entorpecer la generación albiverde, circunstancia que
equilibró este apartado y evidenció que el anfitrión prefería
replegarse para asustar al
contragolpe en vez de atacar en estático.
La primera oportunidad
clara de la contienda fue foránea y acabó en la red:
Guardado cambió de orientación,
Rodri la coló al primer palo y
Fekir, en dos toques, ambos con su pierna mala, realizó un control orientado y
fusiló sin dejarla caer a
Dibusz. Era la constatación de que el guion empezaba a ser coherente con el nivel de ambos. El Ferencváros lo seguía intentando de cualquier manera y siempre desde lejos, con resultado
negativo para sus intereses. Anduvo más cerca la sentencia, pero
Joaquín se la puso demasiado larga a Nabil, tras un balón robado por un
comprometidísimo campeón del mundo.
Despertaron los húngaros en el cuarto de hora final de esta fase. Un cabezazo picado de
Samy Mmaee a la salida de un córner, abortado por
Rui Silva, y un remate fallido de
Zachariassen a bocajarro que no habría valido por su posición ilegal sirvieron de
aviso a navegantes. A diez del intermedio,
Guardado forzó de cabeza el
paradón de Dibusz a la salida de un
córner botado por Fekir, dando la bienvenida a un epílogo de nuevo
plácido, con el Betis siendo paciente y moviéndola de un lado a otro hasta encontrar resquicios en la nutrida zaga local. Con todo,
Ryan Mmaee peinó totalmente solo un servicio de
Civic que, afortunadamente, no acabó entre palos, pero el artillero belga-marroquí ganó con facilidad a
Bartra en el salto. Fue la antesala del empate,
desafortunado pero no especialmente inmerecido:
Pezzella se lía en la salida, se la roba
Uzuni y el albanés bate bien por alto
Rui Silva.
Habría que
resetearse, pues el
Leverkusen ya ganaba al descanso
0-2 en Celtic Park, por lo que el objetivo era mantenerle el
pulso antes del
doble enfrentamiento de las dos próximas jornadas, a priori
crucial para definir quién será el
primero del Grupo G y, de paso, el único clasificado de forma
directa para los
octavos de final de la
Europa League. Sin embargo, el inicio de este periodo mostró a un visitante todavía
grogui por la igualada postrera, permitiendo
alternativas en el control y cometiendo demasiadas
imprecisiones, propias de la
falta de confianza.
Por ello, antes del cuarto de hora,
Pellegrini tiró de artillería pesada, metiendo a
Guido, Willian José y Tello en busca del triunfo.
Bartra y Guardado, con un disparo con la derecha a las manos de Dibusz, o intentaron sin demasiada suerte, aunque el Betis sólo tenía ya la meta contraria entre ceja y ceja. Incluso sin tener amarrado el control de la contienda, aceptando el intercambio de golpes con
electricidad y verticalidad arriba gracias a las sustituciones. Les
costaba llegar, con todo, a los de azul, demasiado lejos de la zona peligrosa. Pero un golpe de
fortuna, contraria al filo del descanso y favorable ahora, volvió a ser
determinante.
Fekir bota un córner que peina
Blazic y cabecea contra su propia portería
Wingo, que forcejeaba en el área pequeña con un
Pezzella que estuvo a punto de
redimirse por su error en el 1-1. Quedaba alrededor de un cuarto de hora y apenas pasó nada reseñable, más allá de un
barullo en área propia bien resuelto por
Guido y sendos cabezazos arriba de
los hermanos Mmaee, que volvieron a imponerse por alto sin atinar en el remate. Los de Pellegrini
durmieron el encuentro, conscientes de que el triunfo por la mínima, visto lo visto, valía su peso en oro para aguantar el
tirón antes de recibir la próxima jornada al gran favorito, el
Leverkusen, que pisa fuerte. Aún hubo tiempo, en la última acción, para que
Tello marcase el tercero, tras marcharse en
velocidad de su par y resolver con un
ajustado disparo el mano a mano.
FICHA TÉCNICA.-
Ferencváros: Dibusz; Wingo, Botka, Blazic, Samy Mmaee, Civic; Zachariassen (Nguen 61'), Vecsei, Laidouni (Loncar 89'); Uzuni y Ryan Mmaee.
Real Betis: Rui Silva; Montoya, Pezzella, Bartra, Álex Moreno; Paul (Guido Rodríguez 57'), Guardado; Rodri, Fekir, Joaquín (Tello 57'); y Borja Iglesias (Willian José 57').
Árbitro: Roi Reinshreiber (israelí). Amarilla al local Laidouni, así como a los visitantes Paul, Montoya y Rodri.
Goles: 0-1 (17') Fekir;
1-1 (44') Uzuni;
1-2 (76') Wingo, en propia puerta;
1-3 (95') Tello.
Incidencias: Encuentro disputado en el Ferencváros Stadium (Groupama Arena) de Budapest ante unas 20.000 personas, con unos 700 béticos en las gradas (se vendieron 679 entradas a aficionados heliopolitanos, aunque otros las compraron allí).