Ferencváros-Real Betis (1-3): Magia, fortuna, mono de trabajo y fe a partes iguales

Ferencváros-Real Betis (1-3): Magia, fortuna, mono de trabajo y fe a partes iguales
- Ó. M.
Óscar MurilloÓscar Murillo 8 min lectura
Triunfo valiosísimo del Real Betis en Budapest, más sufrido (trabajado, si gusta más el adjetivo) de lo que indica el marcador (1-3), que permite a los de Pellegrini aguantar el pulso al Leverkusen en lo alto del Grupo G de la Europa League, si bien el rotundo 0-4 de los alemanes en Escocia les brinda el liderato. Todo se resolverá las dos próximas jornadas, cuando teutones y heliopolitanos se verán las caras (primero, en el Villamarín) para decidir quién manda en solitario. Hasta entonces, sonrisa en La Palmera por mor de un equipo enrachado, que combinó la magia de Fekir, el sacrificio colectivo y la fortuna (con el autogol de Wingo) para llevarse tres puntos rubricados sobre la bocina por Tello. Viento a favor para el que más lo buscó, levantando esta vez no un marcador adverso, aunque sí el bajón que supuso regalar (Pezzella) el empate al borde del descanso para meter en el partido al Ferencváros.

Arrancó el partido con sorprendente dominio magiar. El cuadro de Peter Stöger no atosigaba arriba, como cabría esperar, sino que atesoraba la posesión, saliendo desde atrás con fluidez y paciencia, obligando a los de azul a correr más de lo deseado detrás del balón. Trató de revertirlo enseguida el conjunto visitante, más cómodo con la iniciativa que a la expectativa. Para ello, los heliopolitanos subieron un par de puntos la presión alta para entorpecer la generación albiverde, circunstancia que equilibró este apartado y evidenció que el anfitrión prefería replegarse para asustar al contragolpe en vez de atacar en estático.

La primera oportunidad clara de la contienda fue foránea y acabó en la red: Guardado cambió de orientación, Rodri la coló al primer palo y Fekir, en dos toques, ambos con su pierna mala, realizó un control orientado y fusiló sin dejarla caer a Dibusz. Era la constatación de que el guion empezaba a ser coherente con el nivel de ambos. El Ferencváros lo seguía intentando de cualquier manera y siempre desde lejos, con resultado negativo para sus intereses. Anduvo más cerca la sentencia, pero Joaquín se la puso demasiado larga a Nabil, tras un balón robado por un comprometidísimo campeón del mundo.

Despertaron los húngaros en el cuarto de hora final de esta fase. Un cabezazo picado de Samy Mmaee a la salida de un córner, abortado por Rui Silva, y un remate fallido de Zachariassen a bocajarro que no habría valido por su posición ilegal sirvieron de aviso a navegantes. A diez del intermedio, Guardado forzó de cabeza el paradón de Dibusz a la salida de un córner botado por Fekir, dando la bienvenida a un epílogo de nuevo plácido, con el Betis siendo paciente y moviéndola de un lado a otro hasta encontrar resquicios en la nutrida zaga local. Con todo, Ryan Mmaee peinó totalmente solo un servicio de Civic que, afortunadamente, no acabó entre palos, pero el artillero belga-marroquí ganó con facilidad a Bartra en el salto. Fue la antesala del empate, desafortunado pero no especialmente inmerecido: Pezzella se lía en la salida, se la roba Uzuni y el albanés bate bien por alto Rui Silva

Habría que resetearse, pues el Leverkusen ya ganaba al descanso 0-2 en Celtic Park, por lo que el objetivo era mantenerle el pulso antes del doble enfrentamiento de las dos próximas jornadas, a priori crucial para definir quién será el primero del Grupo G y, de paso, el único clasificado de forma directa para los octavos de final de la Europa League. Sin embargo, el inicio de este periodo mostró a un visitante todavía grogui por la igualada postrera, permitiendo alternativas en el control y cometiendo demasiadas imprecisiones, propias de la falta de confianza.

Por ello, antes del cuarto de hora, Pellegrini tiró de artillería pesada, metiendo a Guido, Willian José y Tello en busca del triunfo. Bartra y Guardado, con un disparo con la derecha a las manos de Dibusz, o intentaron sin demasiada suerte, aunque el Betis sólo tenía ya la meta contraria entre ceja y ceja. Incluso sin tener amarrado el control de la contienda, aceptando el intercambio de golpes con electricidad y verticalidad arriba gracias a las sustituciones. Les costaba llegar, con todo, a los de azul, demasiado lejos de la zona peligrosa. Pero un golpe de fortuna, contraria al filo del descanso y favorable ahora, volvió a ser determinante.

Fekir bota un córner que peina Blazic y cabecea contra su propia portería Wingo, que forcejeaba en el área pequeña con un Pezzella que estuvo a punto de redimirse por su error en el 1-1. Quedaba alrededor de un cuarto de hora y apenas pasó nada reseñable, más allá de un barullo en área propia bien resuelto por Guido y sendos cabezazos arriba de los hermanos Mmaee, que volvieron a imponerse por alto sin atinar en el remate. Los de Pellegrini durmieron el encuentro, conscientes de que el triunfo por la mínima, visto lo visto, valía su peso en oro para aguantar el tirón antes de recibir la próxima jornada al gran favorito, el Leverkusen, que pisa fuerte. Aún hubo tiempo, en la última acción, para que Tello marcase el tercero, tras marcharse en velocidad de su par y resolver con un ajustado disparo el mano a mano.






FICHA TÉCNICA.-

Ferencváros:
Dibusz; Wingo, Botka, Blazic, Samy Mmaee, Civic; Zachariassen (Nguen 61'), Vecsei, Laidouni (Loncar 89'); Uzuni y Ryan Mmaee.

Real Betis: Rui Silva; Montoya, Pezzella, Bartra, Álex Moreno; Paul (Guido Rodríguez 57'), Guardado; Rodri, Fekir, Joaquín (Tello 57'); y Borja Iglesias (Willian José 57').

Árbitro: Roi Reinshreiber (israelí). Amarilla al local Laidouni, así como a los visitantes Paul, Montoya y Rodri.

Goles: 0-1 (17') Fekir; 1-1 (44') Uzuni; 1-2 (76') Wingo, en propia puerta; 1-3 (95') Tello.

Incidencias: Encuentro disputado en el Ferencváros Stadium (Groupama Arena) de Budapest ante unas 20.000 personas, con unos 700 béticos en las gradas (se vendieron 679 entradas a aficionados heliopolitanos, aunque otros las compraron allí).