Era uno de los
canteranos con mayor proyección de la cantera del
Real Betis, por lo que parecía cuestión de tiempo que algún club poderoso, sobre todo en lo económico, se lo llevase. Además, sus condiciones (
1,87, central zurdo con poderío aéreo y buena salida de balón) y su repercusión en el extranjero (
internacional en categorías inferiores con la
República de Irlanda desde que tenía quince años) hicieron el resto, por lo que el
Wolfsburgo movió ficha y lo reclutó, con la lógica connivencia de su familia, hace dos veranos para que liderara su equipo sub 19, aunque ya se habla de que hará la
pretemporada con la primera plantilla.
Anselmo García McNulty, nacido en Sevilla y criado en la localidad aljarafeña de
Valencina de la Concepción, cuenta con
doble nacionalidad por la ascendencia irlandesa de su madre, que emigró cuando Heineken compró Cruzcampo y centró su producción en la capital hispalense. Ahora, el
Olympique de Marsella se ha fijado en este espigado zaguero, muy pendiente de lo que le ofrecen en Alemania por si le interesase más dar el salto a la profesionalidad a las órdenes de un entrenador tan prestigioso como
Jorge Sampaoli. El presidente y director deportivo del club de la Costa Azul, el español
Pablo Longoria, está encantado con el joven jugador de 18 años y trata de persuadirle, según '
Sky Sports'.
Además, sobre Anselmo subyace otra 'guerra' deportiva, ya que los técnicos de la
selección española están sobre aviso ante la inminente llamada de la
sub 21 irlandesa, paso previo a un debut con la absoluta que frenaría las posibilidades de vestir la 'Roja'. El
padre de García McNulty respetará los deseos del chaval, aunque no oculta en privado que le haría ilusión de verlo algún día a las órdenes de
Luis Enrique. Ya ocurrió con otros que contaban con más de un pasaporte (lo del estreno exprés para evitar problemas), aunque habrá que estar atentos por si el central sevillano sigue los pasos de
Marcos Senna, Bojan, Diego Costa, Munir (que luego consiguió que le dejasen ir con Marruecos) o
Ansu Fati.