Aitor Ruibal es un buen ejemplo de que
no es necesario nacer en Sevilla para sentir al Betis como algo propio. El futbolista verdiblanco se siente plenamente identificado con el club heliopolitano, donde creció gracias a la confianza de un
José Juan Romero que
adivinó su futuro y a los empujones anímicos de su familia y amigos. Le costó creer en sí mismo, y asegura que aún se sorprende de verse cada mañana al lado de jugadores como Joaquín, pero siempre ha soñado con vivir este momento, valora la
firme apuesta del club por los jóvenes de la casa y, en base a su experiencia, aprovecha la segunda parte de su entrevista con este periódico para dar
consejos a su amigo Edgar y a
Rober; dos
canteranos que, cómo él, han tenido que salir cedidos para intentar llamar la atención desde fuera.
Ya en la primera parte de su entrevista para
ESTADIO Deportivo, Aitor Ruibal dejó muestras de su
sincero amor por las trece barras y de una humildad heredada de su familia pero reafirmada en este club. Si le preguntan si hace un año se veía de titular en un Betis que está arriba en LaLiga, asegura que no se lo habría creído porque en ese momento no jugaba ni en el Leganés; pero a pesar de su considerable salto, el '24' desea seguir cogiendo altura.
"Tengo contrato hasta 2022 y me veo el año que viene por estas fechas jugando unos octavos de Europa con el Betis", afirmaba un joven que, a sólo unos días de cumplir los 25 años, ya sabe que será
bético hasta el día de su muerte.
- Se le ve muy identificado con el Betis, como si se hubiese criado en Los Bermejales. También a otros como Canales o Tello. Por eso, la pregunta es: ¿el bético nace o se hace?- Creo que las dos cosas. Si tienes familia o amigos que son del Betis, te lo inculcan, porque es como una religión. Soy de Barcelona, hay muchos andaluces allí, mi abuelo es de Huelva, por ejemplo. Conocía al Betis, pero yo de pequeño era del Barça. Lo que pasa es que el Betis me ha dado la oportunidad de mi vida y le estoy súper agradecido por ello. He podido crecer aquí y, sobre todo, me he dado cuenta de que aquí el fútbol es mucho más que fútbol. Y me gusta mucho más que lo que yo entendía por fútbol cuando era del Barcelona, del equipo de tu ciudad. Sí, está bien luchar siempre por ganar... pero faltaba este sentimiento. Desde que llegué aquí... es que no sé ni explicarlo. Es algo que se te mete dentro y voy a ser bético hasta que me muera. Mucha gente me pregunta, '¿Pero qué se siente?'. Y yo siempre digo, 'Ve a verlo. Ve a ver un partido cualquiera del Betis, ve media hora antes a ver el himno, que es algo brutal, y entonces entenderás por qué estoy enamorado de todo esto'.
- Ahora, por desgracia, llevamos ya un año sin ese ambiente.- Nos lo intentamos tomar de la mejor manera posible, pero todo es muy serio y aburrido. No podemos hacer una comida de equipo porque tenemos que estar en mesas de seis, no podemos desayunar juntos como se hacía antes... Y luego la ausencia del apoyo de la gente. Lo notamos por redes, cuando salimos del hotel... pero no es lo mismo. Esa sensación de salir al campo con 55.000 locos gritando... Ahora sales al campo con todo en silencio, con cuatro suplentes aplaudiendo... (Resopla) Si lo tengo que definir en una palabra, ésa es 'mierda'. Esto es una mierda. Y mientras la gente no se lo tome en serio, vamos a seguir así y me molesta mucho.
- Imagino que pasar por el filial ayuda a que el veneno inocule antes. En el Betis Deportivo, además, coincidió con un técnico muy pasional como es José Juan Romero, quien por cierto se deshizo en elogios hacia usted en una charla con ESTADIO. Dijo, entre otras muchas cosas, que Aitor Ruibal es el jugador más determinante que ha entrenado.- Lo he dicho muchas veces, que a parte de estar agradecido al Betis por darme la oportunidad es también porque me ayudaron mucho cuando al principio me costó adaptarme. Era un chaval de 18 años, muy familiar, que salía de casa por primera vez... Debuté con Juan Merino, que fue quien me trajo junto a Capi y justo esa semana se va. Viene Gustavo (Sánchez) y no juego mucho los cinco o seis partidos que estuvo. Y ya llega José Juan. En el primer partido no me puso, tiró de gente que conocía más, pero para el segundo habló conmigo y me dijo que iba a ser un jugador muy importante para él. Me dio confianza para poder demostrar quién soy, me hizo creer en mí y le estoy muy agradecido. Aún me cuesta creer en mí y darme cuenta de que estoy en Primera y jugando de titular porque me lo merezco.
- No sólo le dio confianza, también fue un poco 'brujo', pues reveló que en una charla este verano le dijo que tiene unas características que todo entrenador quiere en su plantilla y que estaba convencido de que Pellegrini iba a pensar lo mismo.- Sí, es verdad. Me lo encontré la misma mañana de la vuelta a la ciudad deportiva para los reconocimientos médicos. Nos encontramos de casualidad en un bar desayunando, estaba con Sergio Castaño y me dijo eso: 'Tú confía en ti'. Yo le decía que lo veía complicado, porque llevaba dos años fuera casi olvidado... Y al final tenía razón. Él siempre ha tenido mucha confianza en mí. Sin JJ, mi mujer, mi madre, mi abuelo, mis amigos... no lo habría conseguido.
- Se fue cedido al Cartagena, en Segunda B, en la 17/18; luego, en la 18/19, al Rayo Majadahonda en Segunda. Y ahí parece que sí llama la atención con la temporada más goleadora de su carrera (12); pero tampoco llega la oportunidad. Y se marcha en la 19/20 al Leganés, para arañar minutos ya en Primera. ¿Qué ha aprendido de todas estas aventuras?- Creces como persona, no sólo como jugador. Luchar por una oportunidad y, si no puede ser, hay que buscarse el hueco en otro sitio. Trabajo, sacrificio y mucha humildad. Vengo de una familia humilde y valoro cada momento en el sitio donde estoy. Soy un privilegiado y estoy agradecidísimo a todos los que me han ayudado a ser quien soy.
- Desde lo aprendido en esas aventuras, ¿qué consejo daría a Edgar -al que ya conocía del Cornellà- y a Rober, cedidos por el Betis en el Real Oviedo y la UD Las Palmas?- Sí, jugué con él en Cornellà y además somos del mismo pueblo. A Edgar no le daría ningún consejo porque le conozco desde hace mucho tiempo y sé que tiene la cabeza muy bien amueblada, tiene claro lo que quiere y trabaja y lucha mucho para conseguirlo. Si les tengo que decir algo a los dos, sería lo mismo que tiene que hacer cualquier jugador: trabajar, aprovechar oportunidades y nunca rendirse. Si luego no se da, que no sea por no haberlo intentado. Cuando uno se machaca a diario, tarde o temprano la recompensa acaba llegando.
- El Betis Deportivo bajó a Tercera división en la 15/16. El análisis rápido es concluir que aquello fue un enorme fracaso. Pero si uno rasca un poco más, puede ver este dato: de aquella plantilla del filial, dieron el salto al primer equipo Fabián, Junior, Loren Morón, Francis, Juanjo Narváez, Rafa Navarro, Pedro, Julio Gracia y Aitor Ruibal. Promocionaron nueve futbolistas y algunos de ellos, además, llenaron las arcas del club con traspasos millonarios. Y la política sigue siendo la misma, con Paul, Rodri, Fran Delgado... Es más, Antonio Cordón asegura que, para gastar en veinteañeros de otros clubes, prefiere dar oportunidades a los jóvenes de la casa.-
Eso que dice Antonio Cordón es de agradecer. El sueño de todo canterano y de todos los jugadores que fichan por un filial es poder dar el salto al primer equipo. Luego, en casi todos los lados pasa que se suele mirar más al de fuera. Aquí sabes que tienes esa posibilidad. Ya en mi época subíamos mucho a entrenar con el primer equipo y ahora también, con Raúl, Geovanni, Luis (Martínez), que ya no tiene la edad para poder alternar y entrena muchísimas veces con nosotros... Al final, estás lejos, pero estás ahí. Estás viendo, aprendiendo... Poder entrenar con gente como Joaquín, aprendiendo a un metro de jugadores con una trayectoria espectacular. Incluso yo, aún a día de hoy, cuando lo veo digo '¡Que estoy aquí, aprendiendo de los mejores!'.
- Eso sí, si llegar es difícil, quedarse lo es aún más.- Lo que hay que decirle a los chavales es que, ya que están aquí, que lo aprovechen. Que no se te vaya la cabeza. Hay que saber que no eres nadie, que no te puedes creer que ya eres alguien importante por haber llegado hasta aquí. Mantenerte es lo más difícil. A mí lo que más me gusta de este vestuario es la normalidad que hay aquí, la humildad... No somos robots, somos personas; pero hay jugadores como Joaquín, que puede tener más dinero que tú porque ha tenido una carrera espectacular, pero luego te das cuenta de que es igual que tú.