Disputadas
24 jornadas de LaLiga, el Betis aparece en los apartados estadísticos de
agresividad en una zona destacada, con
50 amarillas y 6 expulsiones (sólo de futbolistas, pues también han sido sancionados los ayudantes de Pellegrini Rubén Cousillas y Fernando Fernández), aunque no se caracteriza el equipo verdiblanco precisamente por su
contundencia. Ocurre que, por impericia o por unas decisiones arbitrales bastante cuestionables, acumuló muchas amonestaciones en el primer tramo de curso, la mayoría determinantes para unos resultados negativos.
Mandi (2), Emerson y Montoya se fueron antes de tiempo a la caseta, mientras que, tras el cambio de año,
Paul y William Carvalho han redondeado la media docena. Eso sí, con un cambio de
tendencia evidente.
Los heliopolitanos
cayeron antes de Nochevieja en todos aquellos encuentros que terminaron en
inferioridad numérica: ante Real Madrid (2-3, con el brasileño damnificado), en Getafe (3-0, primer K.O. del franco-argelino), en Barcelona (5-2, con otra expulsión del campeón africano) y en el Wanda (2-0, con roja al catalán). Tras el derbi de la primera vuelta, que daba la bienvenida a 2021, la exclusión a última hora de Paul en
Huesca no evitó el
triunfo bético por 0-2, mientras que la doble amarilla a Carvalho llegó igualmente con todo decidido en el
1-0 a los azulones de la pasada entrega liguera.
Y es que los de Pellegrini han aprendido a
contenerse, a
contemporizar más y a
arriesgar menos. Un ejemplo muy claro es
Fekir, que antes veía con suma facilidad tarjetas por protestar o por manotazos al rival mientras se protegía, pero que lleva diez jornadas apercibido sin cumplir ciclo, frontera que solamente han rebasado
Emerson y Guido Rodríguez. Ahora, el campeón del mundo tendrá que estar un par de semanas fuera por lesión como mínimo, enfrentándose
Víctor Ruiz a la amenaza en el Ramón de Carranza si vuelve al once, ya recuperado, pues el míster chileno no suele tocar su defensa después de una
portería a cero.
La contención no solamente se percibe en las expulsiones, sino también en las amonestaciones simples. De hecho, van
20 en las ocho jornadas desde Año Nuevo, aunque en seis encuentros vio como máximo dos. Las cinco del derbi del 2 de enero y las cinco frente al Getafe (contando la doble a William) se llevan la mitad del total, por lo que puede deducirse perfectamente que el Betis ha
aprendido a medir a la hora de hacer
faltas, evitando al máximo situaciones de riesgo y procurando que las tarjetas no afecten al marcador en demasía.