El aterrizaje a
coste cero, a falta sólo de confirmación oficial, de
Rui Silva reordena ligeramente el ranking de las
cláusulas de rescisión de la plantilla del Betis, establecido no tanto en función del rendimiento o la importancia dentro del vestuario, sino según el
sueldo, el coste del
traspaso y la proporción de la
apuesta que se haya realizado. Igualmente, la competencia existente por un determinado jugador invita a blindarlo, como ocurre con todos los que promocionan desde el filial, que solían tener un precio de
15 kilos, pero que, tras la indeseada fuga de
Dani Ceballos al Real Madrid, pasó a ser de
25 millones como mínimo (
Fabián se fue por 30 al Nápoles).
El club heliopolitano, convertido en un generador de
plusvalías hasta que la pandemia ha azotado gravemente la economía del fútbol patrio y extranjero, siempre se ha caracterizado por escuchar
ofertas razonables que permitan ingresar cantidades importantes por jugadores que sirvan para rearmar el plantel. Ahora, con hasta ocho componentes por encima de los 50 millones, ha conformado un grupo sólido que obliga a negociar con
Haro y Catalán, con Antonio
Cordón al frente de la dirección general deportiva y Federico
Martínez Feria, de su variante corporativa, para llevarse a cualquier profesional.
En , todas las cláusulas de rescisión del Betis que se conocen
a día de hoy.