Marc Bartra cumplió el pasado lunes diez años en la elite y lo hizo en un momento complicado para él, lesionado desde hace dos meses y tratando de tirar de fortaleza mental para no caer en la desesperación de verse apartado del terreno de juego y de sus compañeros; algo a lo que no está para nada acostumbrado. El jugador del
Betis se machaca
a diario en el gimnasio de la ciudad deportiva y
saca su espíritu rockero para volver cuanto antes después de una lesión en el talón a la que se unieron unos
problemas de vesícula que le han hecho
perder mucho peso.
"Muy contento de poder decir que
mi vesícula ya está curada 100%. Ya ha pasado un mes desde que al fin supimos el
causante de los cólicos que tenía, ya que cada vez estaban siendo más dolorosos y me hacían
perder cada vez más peso. Quiero agradecer a los
doctores, preparadores y a nuestro nutricionista Giuseppe que me han ayudado muchísimo para que en menos de un mes vuelva a estar en forma y terminar por fin con estos contratiempos. Ahora sólo falta
terminar de recuperar la lesión para que pronto pueda sumarme al equipo para seguir ayudando! Gracias por tantas muestras de cariño y apoyo durante este tiempo! Seguimos fuertes".
"Vas a superarlo, vas a estar mejor.
Vas a cumplir tus sueños. Sigue luchando, sigue siendo positivo.
Lo mejor siempre está por llegar", reflexionaba en voz alta Bartra en su cuenta oficial de Instagram, la pasada semana, acompañando una fotografía en
blanco y negro, bastante ilustrativa del duro momento anímico en el que se encuentra;
trabajando sin descanso para ver la
luz al final del túnel en el que se encuentra desde finales de diciembre.
Cámara hiperbárica, pesas, fisioterapia... El zaguero catalán se desfonda a diario para dejar atrás unas
molestias en el talón que no terminan de desaparecer.
No juega desde el pasado 20 de diciembre ante el Granada y, en este tiempo, ha observado cómo el ahora lesionado Víctor Ruiz se asentaba en el once titular de Manuel Pellegrini.
Bartra se ha perdido 15 partidos entre LaLiga y la Copa del Rey y
suma 61 días en el 'dique seco', la ausencia en los terrenos de juego más larga en sus 10 años de carrera. Echa de menos la competición y el equipo le espera con los brazos abiertos.