Su gran gol al
Villarreal al filo del descanso no sólo allanó el triunfo del
Betis ante un rival directo por
Europa, sino que rompió una sequía de casi cinco meses. No marcaba desde el 20 de septiembre de 2020 (al Valladolid, desde los once metros). Y, tras fallar sendos
penaltis ante Elche y Sevilla,
Fekir volvió a saborear la miel del gol, primero en jugada después de 45 remates en lo que va de temporada (según @OptaJose). No anotaba de jugada el francés desde hace más un año (el 9 de febrero de 2020) en
Mallorca. Sin embargo, desde el cambio de año, todo ha cambiado.
Manuel
Pellegrini insistía en la rueda de prensa posterior al choque en La Cerámica que "Nabil era el primero que tenía ganas de marcar, aunque no había una
obsesión por hacerlo. Su nivel ha sido siempre muy bueno marcando y sin marcar desde hace un tiempo largo; es un jugador
desequilibrante que da mucho al equipo". Con todo, el campeón del mundo se quitó un
peso de encima con una acción que redondea sus números desde que aterrizara en Heliópolis: nueve goles, nueve asistencias y nueve penaltis provocados (dos por mano del rival y siete derribos dentro del área) en 59 encuentros con el escudo de las trece barras en el pecho.
Su
explosión en 2021 (gol o asistencia en cuatro de las seis últimas jornadas), lógicamente, ha hecho que muchos clubes comiencen a fijarse en Fekir, quien, con una
Eurocopa a las puertas, podría plantearse su
futuro el próximo verano. Incluso, el Betis no vería con tan malos ojos una salida, puesto que el atacante tiene la ficha más cara del plantel (entre
3,5 y 4 millones de euros netos, contando el de su hermano
Yassin), amén de que está cerca una nueva amortización de los
19,75 millones de euros fijos que se pactaron con el
Lyon. Con la necesidad de ajustar su tope salarial, un hipotético traspaso de Nabil, siempre que se obtuviera una plusvalía interesante, serviría para
equilibrar las cuentas, pero en la planta noble del Villamarín tiene claro que, igual que él no lo hizo hasta ahora, no se le
forzará a marcharse.
Y es que las pruebas de la
adaptación del francés a Sevilla y al Betis son evidentes. No quiere decir eso que no vaya a estudiar ofertas, pero ya rechazó algunas mejores antes de aterrizar en La Palmera y durante su permanencia aquí. De entrar el equipo en Europa, casi que lo tendría claro del todo, incluso perdiendo
dinero, ya que obtendría un
10% de la diferencia entre lo que pagaran por él y lo que abonaron los verdiblancos. Nabil acaba de comprarse una
casa en Sevilla y comienza a soltarse con el
idioma. Tras unas valoraciones breves el primer día de pretemporada en Marbella, en Villarreal se atrevió a expresarse en español por vez primera ante los medios en la 'flash interview' de LaLiga para Movistar Plus. Y no queda ahí la cosa.
Su
implicación en el día a día del vestuario, donde ha forjado amistades más allá de los franco-parlantes (
Mandi, Paul). Imágenes como la que le dedicó
Canales en sus redes sociales tras el partido se repiten cada vez más, pero no sólo en horizontal, sino en vertical. Para el recuerdo, aunque no se llevara los grandes focos, su beso en la cabeza a
Lainez tras el 1-0 al Cádiz, obra de
Guido a pase del mexicano, mientras todos felicitaban al argentino. O su saludo especial con
Emerson, al grito de 'sí, hermano', que escenificaron tras el 0-2 del brasileño y antes de su intervención posterior en la TV. En definitiva, Fekir está muy a gusto con su decisión de venir al Betis y sólo una propuesta
mareante que convenza a todos le hará cambiar de opinión. Y, como haya UEL, puede que ni eso.
Inter y Nápoles ya se posicionan, si bien ninguno parece que vaya a volverse loco. Y la
Bundesliga siempre le gustó.