Paul: que el árbol de la expulsión no tape el bosque de su (gran) actuación

Paul: que el árbol de la expulsión no tape el bosque de su (gran) actuación
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura
Manuel Pellegrini le leyó la cartilla, como buen 'padre' deportivo, en sala de prensa: "Guido es importante, pero tenemos que estar pendientes de los jugadores que pueden jugar. Paul ha demostrado su capacidad, pero comete un error que tratamos de corregir en los entrenamientos, no saber frenar. Con amarilla, no tenía recambio. Confiábamos en que aguantara. Estoy contento con su partido. Es un jugador de futuro y muy útil". No le falta razón al chileno, pues la impetuosidad del costamarfileño dejó al Betis con diez a poco del final, propiciando la única fase de (relativo) agobio del Huesca en todo el partido.

Pero sería tremendamente injusto juzgar al pivote por esa acción, en la que debió medir más en la entrada a un rival en el centro del campo, por mucho que la primera de sus dos amarillas sea más que recurrible, ya que toca balón y no golpea con el brazo a Borja García, que se deja caer nada más sentir el leve contacto. Habría sido, de lograr esa contención, una actuación notable de Akouokou, que suplió bien a Guido Rodríguez para demostrar que su promoción al primer equipo está más que justificada. Las estadísticas no engañan.

En sus 82 minutos sobre el campo, Paul creó una ocasión (que Loren, posiblemente en fuera de juego que el asistente no señaló, mandó fuera a bocajarro), dio 46 toques y firmó un 32/36 en pases que le colocaron con un 88,9% de precisión, el que más de los titulares, pues Sanabria y Sidnei no erraron ninguno, si bien no llegaron ni a cinco entregas en total. Atinó en tres de los cuatro balones en largo que intentó y en 9/19 duelos, firmando 9 recuperaciones (nadie más que él en el partido, tres entradas y un despeje. Sólo una vez le quitaron el balón, completando dos regates y cometiendo sólo seis pérdidas, dos de ellas arregladas por él mismo una vez erró.

Con 7 faltas, fue el que más cometió en el Huesca-Betis, eso sí. Deformación profesional, porque, como defendería todo purista, no ha lugar un central o un medio de cierre que no dé patadas. En realidad, bromas aparte, el '4' exhibió una intensidad contagiosa para sus compañeros, aparte de un gran sentido táctico, ubicándose siempre en el lugar correcto para ofrecer una salida y un apoyo a los compañeros. Fue a todas las 'guerras' sin excepción, cubriendo las espaldas a Canales, Fekir y el resto en sus aventuras. En la distribución, el africano deparó continuamente pases de seguridad, rompiendo líneas varias veces con su zancada para generar superioridades en campo contrario.

En definitiva, un rendimiento destacadísimo que empañó ligeramente la acción en la que termina expulsado. Gajes del oficio para quien tiene como misión destruir, pero que aprovechó la oportunidad para crear. Intimidar, sin dejar de proponer. Un diamante en bruto este Paul, descubierto en la fría Finlandia y tallado por José Juan Romero en el filial, aunque muchos se apuntan ahora aquel tanto.