Como estaba previsto,
Haro y Catalán han ganado la Junta de Accionistas. Reelegidos cinco años más en el cargo. No se preveía, sin embargo, tanta diferencia, porque hay muchos béticos desencantados con la gestión de los actuales gestores que se habían ilusionado con la posible vuelta de Lorenzo Serra Ferrer, quien fue ovacionado en su llegada a la Junta y se ha confirmado como una alternativa que puede dar dolores de cabeza a los actuales gestores.
Legalmente
no era posible votar en el punto 5 la reelección y nombramiento de nuevos consejeros como quería el grupo de
Rafael Salas, pero la plataforma 'Es Posible Otro Betis' ha logrado meter a uno de los suyos en el órgano de gobierno, Pablo Martín Pelegrín, nuevo consejero por imperativo legal (por proporcionalidad).
La entrada de Pablo Martín deja fuera a José Tirado, mientras que también entra como
nuevo consejero Ricardo Díaz.
Según confirmaba el propio presidente, la gestión ha estado respaldada por un 30% más respecto a la alternativa presentada por 'Es Posible'. Se han aprobado los seis puntos de la Junta y López Catalán también sale reforzado, pese al decimoquinto puesto que obtuvo el equipo la pasada temporada con él a los mandos de la gestión deportiva. De hecho, ha obtenido menos votos en contra que el presidente.
Pese al holgado triunfo, ha sido una Junta dura, con muchas críticas a la gestión de los actuales dirigentes por parte de
la mayoría de los accionistas que han intervenido y que han criticado la "propaganda" del consejo, las formas de "dictador" de Haro, su ADN carente de beticismo e incluso han pedido la reprobación de José Miguel López Catalán por su gestión al frente de la dirección deportiva la pasada temporada.
Especialmente dura ha sido la Junta para Antonio Cordón.
El director deportivo tomó la palabra y se equivocó al comentar que percibe que hay béticos que quieren que pierda el Betis y tuvo que matizar poco después sus palabras, indicando que no se refería a los presentes en el estadio Benito Villamarín.
Ganancias de
1,5 millones, una
deuda neta de 80 millones y un
fondo de maniobra negativo de 102 millones de euros. Con las cuentas aprobadas con 47.255 votos a favor, 31.480 en contra y 6.338 abstenciones, Haro y Catalán tenían ya el control de la Junta, evitaban una sorpresa que habría supuesto una dimisión (así lo anunció el propio presidente) y pudieron ir aprobando puntos con el respaldo de accionistas. Los problemas económicos, ha afirmado Haro en su discurso final, los resolverán con imaginación y con la venta de futbolistas para lograr plusvalías en un plan a cinco años.
Ganan Haro y Catalán, pero es bueno para el Betis que exista una
oposición que controle la gestión. El presidente pide unidad señalando en su discurso de cierre a aquellos que han llevado al club a una tensión que está incidiendo en el equipo. "Nos hubiéramos ahorrado toda esta división si hubieran actuado con lealtad y beticismo". Quienes exigen y plantean oposición no actúan como béticos.
En las mismas manos queda el Betis en los despachos, y en las de
Pellegrini y Antonio Cordón en el manejo del primer plantel. Del entrenador y del director deportivo dependen los triunfos que traigan la unión entre los béticos que pide Haro. Paciencia no se les puede pedir, como reconoce el propio presidente. Y la confianza sólo se recupera con un verdadero crecimiento deportivo. Tienen tiempo: cinco años más de Haro y Catalán.