"Me ha venido el balón y piensas que hay que pegarle con todo para que entre. Por suerte, entró. Mientras que entre, me da igual cómo sea. Se lo dedico a mi novia, porque es mi primer gol en Primera. Hace mucho tiempo que no marcaba. Ella está día a día conmigo", apuntaba a Movistar+LaLiga y en zona mixta un exultante Aitor Ruibal, autor de un auténtico golazo ("hay que meterla; no me voy a quitar méritos") para firmar, al poco de la reanudación, un empate a la postre definitivo que salvaba un punto para el Betis ante el Villarreal.
El atacante, con todo, admitía el sabor agridulce del resultado: "Sabe a poco. Nos han metido el gol a balón parado nada más empezar. Hemos competido bien, que es lo mínimo que se puede pedir, ante un equipazo como el Villarreal, que quiere el balón como nosotros. Fue un partido muy parejo; estuvimos a la altura de lo que exigía". En definitiva, una forma de reconocer lo justo del marcador (1-1).
"Tenemos que mejorar en los primeros minutos de cada parte, cuando nos hacen goles. A veces, es falta de concentración. Se te queda cara de tonto, pero los otros equipos también juegan; fueron un buen centro y un buen cabezazo. Seguiremos trabajando, pero un punto ante el Villarreal se pueda dar por bueno", sentenciaba Ruibal, que ya piensa "en el partido de Copa y en el fin de semana que viene, ante el Granada". Y es que estaba "deseando que llegara la oportunidad" para demostrar que se quiere "quedar en el Real Betis y devolver la confianza".