El pasado 18 de noviembre,
Sergio Canales caía lesionado en el arranque del encuentro que medía a España con Alemania en La Cartuja, haciendo saltar todas
las alarmas en el Betis. Horas después, los peores presagios se cumplían al conocer que el cántabro, el hombre más en forma de la plantilla verdiblanca,
estará un largo tiempo de baja, aunque al menos evitará el quirófano.De ese modo, los servicios médicos del club bético c
onfían en acortar el plazo de una recuperación que en un principio se estableció en unos tres meses. Para ello, Canales ya se somete a un tratamiento conservador de la lesión “de unión miotendinosa del bíceps femoral sobre una antigua lesión del tendón conjunto de los isquiotibiales”, como rezaba el comunicado de la entidad.
Y como parte de ese procedimiento, el futbolista santanderino recibe en su propio domicilio un novedoso
tratamiento de neuromodulación, basado en la electroestimulación del apartado neuromuscular de su sistema nervioso autónomo. Así lo ha mostrado el propio Canales
en sus redes sociales, compartiendo una serie de imágenes en las que se le puede ver acompañado de su hija India junto al aparato con el que aprovecha este tiempo de inactividad para
avanzar en su recuperación, sin perder un segundo.A la espera, por tanto, de que el proceso avance y
pueda volver a pisar el césped de la ciudad deportiva, Canales afronta con optimismo esta dura parte de la rehabilitación, lanzando
un mensaje tan escueto como clarificador: “Resiliencia”. Y es que el cántabro ha demostrado con creces a lo largo de su carrera la enorme
capacidad que posee para afrontar las adversidades que ha padecido en forma de lesiones.