Está a un grandísimo
nivel, como demuestra el hecho de que Manuel
Pellegrini le haya otorgado la
titularidad en las últimas cuatro jornadas de
LaLiga, después de partir desde el banquillo en las cuatro primeras. Su enorme partido en
Mestalla, que coronó con el tanto de la sentencia (0-2), le permitió partir desde el inicio frente a
Real Sociedad, Atlético de Madrid y Elche, encuentro este último que disputa completo, como el primero del póquer más reciente. Un momento de forma que se traduce en
cuatro goles y una asistencia, el mejor arranque de su carrera con mucha diferencia, sólo comparable a la de la campaña de su estreno en el primer equipo del Barça, la
11/12, cuando anotó tres dianas en sus ocho primeros partidos.
En cinco de sus diez ejercicios en la elite, ni siquiera se había estrenado a estas alturas, seis contando solamente el torneo doméstico de la regularidad, al tiempo que únicamente la mitad de las veces superó los cuatro 'chicharros' actuales, que son ya más de los conseguidos en total en la
19/20 (3+1) y los mismos que en la
16/17 (4+8) y la
15/16 (4+5). Sus ejercicios más prolíficos fueron los iniciales: aquella
11/12 (12+2 y 5+0 en Liga), la
12/13 (8+6 y 7+4), ambas en el conjunto azulgrana, y la
14/15, en las filas del Oporto, cuando marchó
ocho tantos (7 en Liga) y brindó
once asistencias (8). En la
13/14, también como culé, firmó
5+5 (y 1+2).
Tras abandonar Portugal, no subió de las cuatro dianas hasta llegar al
Betis, puesto que, con
Setién al frente, llegó a los seis (y a las cuatro asistencias) en la
17/18 (4+4 en LaLiga), llegando a los
5+9 (y 4+7) en la
18/19. Con
Rubi, bajó su participación y su rendimiento, si bien anotó tres goles y brindó un pase decisivo, números que ha pulverizado en apenas ocho jornadas de esta 20/21 que promete ser de
récord. Y es que su promedio, sólo con el torneo doméstico de la regularidad, se acercaría a la veintena.