Nadie niega en el
Betis que lo ideal en la planificación de la actual temporada habría sido cerrar al menos dos o tres fichajes más en posiciones claves para los planes de Pellegrini. Si eso no se hizo, lógicamente, fue por
falta de 'cash'. Hacía falta vender antes de incorporar y eso, básicamente, mermó el margen de maniobra de Antonio Cordón y su dirección deportiva.
En ese déficit, aparece la
portería (junto al centro de la defensa, quizá) como una de las parcelas prioritarias que han quedado pendiente. Especialmente después de que unos problemas físicos dejaran en el dique seco al veterano
Claudio Bravo fuera de las convocatorias contra el Real Madrid, Getafe y Valencia y que
Joel Robles no haya disipado las dudas del todo cuando la ausencia del chileno le han brindado la oportunidad. Es decir, un cúmulo de incertidumbres que ahondan, también, la presencia en el plantel de un
Dani Martín lesionado y aún por madurar, tal y como demostró la temporada pasada; su primera como bético.
De ahí que no sea de extrañar que, tal y como ha podido conocer
ESTADIO Deportivo, hayan sido varios los agentes y agencias de representación que en estas semanas pasadas se han dirigido a Cordón y al Betis para conocer su intención sobre la portería de cara al próximo mercado de enero, cuando vuelve a abrirse la ventana de transferencias en España y en Europa. Algunos de ellos, incluso, con ofrecimientos concretos.
La respuesta de los rectores béticos siempre ha sido la misma. Y no es otra que su
predisposición a escuchar cualquier oportunidad o negocio, siempre que los números cuadren y el guardameta en cuestión venga a sumar. Pese a ello,
aún es pronto. Por lo que tendrá mucho que ver cuál sea el rendimiento de Bravo a lo largo de estos meses y si su físico no vuelve a dar ningún susto al cuerpo técnico verdiblanco.
De ser así, y si la tónica deportiva no empeora notablemente, la postura del Betis en relación a la portería será posiblemente la de aguantar la temporada con lo que hay, marcando sus miras en el próximo verano, tal y como informó este diario días atrás. La economía aprieta y e
l club intenta renegociar los pagos de los salarios de sus futbolistas con motivo de la crisis del coronavirus, por lo que
pensar hoy por hoy en el mercado de enero se antoja una quimera. Para ello era necesario ingresar antes. Cuando empezaron a tantear a los tres, había factibles posibilidades de vender a jugadores como Loren Morón o William Carvalho. Con el dinero que recaudasen, antes incluso que el central, querían fichar a un portero de garantías para competir con Joel Robles o forzar así al getafense a aceptar alguna de las ofertas que manejaba de fuera de España y que no terminaban de convencerle.
Finalmente, no hubo ventas, así que no había margen salarial ni liquidez para comprar, por lo que en el Betis decidieron apostar por el coste cero (como en el resto de fichajes) con la llegada de Claudio Bravo, quien también estuvo siempre en los primeros puestos de la lista, aunque quizás con otro rol diferente. El escenario ideal del director deportivo era renovar el arco con un meta de la experiencia y el liderazgo del veterano internacional chileno y con otra contratación más de largo plazo. .