Los
movimientos de salida que se están produciendo en el F.C.
Barcelona desde la debacle deportiva que significó el 2-8 ante el
Bayern en la última Champions, que provocaron el amago de adiós del mismísimo
Messi, indican que el cuestionado
Bartomeu y su nuevo adalid,
Koeman, tienen decidido hacer una limpia en toda regla. En realidad, las
apreturas económicas heredadas de la crisis sanitaria, que afectan a la práctica totalidad de los clubes (al menos, en España), obligan a liberar masa
salarial y a recaudar lo máximo para poder acometer la
revolución que muchos necesitan, pues LaLiga y la Fifa ponen sus límites en materia de '
Fair Play' financiero.
De momento, retenido el astro de los astros contra su voluntad un año más, se han marchado
Arthur (por 72 millones de euros) y
Rakitic (1+9), al tiempo que están a punto de hacerlo
Arturo Vidal y
Luis Suárez, en principio sin coste de traspaso pero con un ahorro importante de sueldo, al tiempo que los
Wolves quieren cerrar esta semana la compra de
Semedo por 32 kilos y otros 8 en objetivos. Este último del portugués sí resulta más llamativo, pues se trata del único lateral derecho nato que existe en la plantilla culé, ya que
Sergi Roberto no deja de ser un interior reconvertido.
Con
Wagué, otro que podría tapar ese hueco, de nuevo a préstamo en el PAOK de Salónica, lo más fácil para el Barça sería tirar de
Emerson, que lleva un año a gran nivel y es suyo al 50%, aunque el pacto inicial con el Betis refleja que no vestiría de azulgrana hasta 2021. Ocurre que, pese a la versión oficial heliopolitana de que
contractualmente es inviable que emigre antes de esa fecha, otras fuentes insisten en que, aparte de ser todo
negociable, el documento en cuestión sí recoge cláusulas
escapatorias a cambio de ciertas compensaciones,
como reveló ESTADIO en su día.
Por otra parte, la relación entre los clubes es excelente, por lo que cualquier desenlace sería
pactado, ya que el asunto, dadas las diferentes interpretaciones que tiene el contrato, podría acabar perfectamente en los tribunales de tratarse de otros protagonistas. Entienden en la planta noble del Benito Villamarín que, como poco, les pertenecerían
12 millones de euros: la
devolución de los seis que está pagando en tres plazos por la mitad del pase (adelantados en enero de 2019 por los catalanes al Atlético Mineiro), tres por '
formar' al paulista y otros tantos por llevárselo
antes de tiempo (el propio Emerson lo dijo en una entrevista con un periódico barcelonés).
El Betis, que reclamaría el
50% de cualquier traspaso que se realizara antes del 1 de julio de 2021 y conservará siempre un
porcentaje de los derechos del lateral diestro (entre un 10 y un 20%), tampoco es ajeno a la realidad del mundo del fútbol. No entrará en disputa con el Barcelona, que cuenta, por otra parte, con futbolistas muy interesantes para
compensar a sus homólogos por llevarse a Emerson (si llega a suceder). Y, para cubrirse las espaldas, lleva toda la pretemporada contando con
tres laterales diestros, que han formado parte de las convocatorias en las dos jornadas ligueras disputadas. Extrañó a propios y extraños que, en vez de llevarse a un lateral izquierdo, estando sólo
Álex Moreno para ese puesto, viajasen a Vitoria
Montoya y Fran Delgado, que repitieron contra el Valladolid.
El catalán, de hecho, es un fichaje a corto, medio y largo plazo. Firmó por
cuatro años, a sabiendas de que Emerson tendría cierta ventaja este curso de quedarse. Pero son dos titulares de peso para un puesto. Encima, el astigitano es uno de los
canteranos más emergentes, pero no es especialmente polivalente (no ha ejercido ni de central ni a pierna cambiada en el otro costado nunca en los escalafones inferiores). El
Real Madrid se lo llevó en edad cadete, si bien regresó a su casa y está dispuesto a aprovechar esta
promoción. Queda claro, por tanto, que el Betis peleará por sus derechos para
retener a Emerson, pero, por si acaso, va preparando el terreno por si se queda compuesto y sin margen de maniobra en estos pocos días que restan de ventana de
transferencias.