Si Tello le dio el triunfo al Betis,
Claudio Bravo permitió que se llegara a esos últimos minutos con la opción abierta. Sólo intervino una vez en todo el partido, pero fue decisiva. Nada más comenzar la segunda parte, sacó una mano salvadora a un cabezazo abajo de Battaglia y, a continuación, entorpeció a
Laguardia para que éste no acertara entre los tres palos. "
La segunda no sé ni cómo la he sacado", admitía el chileno, quien entiende que su papel es "estar ahí" cuando su equipo lo necesita y "ayudar a los compañeros cuando toca".
Bravo debutaba como bético y afrontaba su segunda etapa en LaLiga, donde ya es una referencia tras su paso por el
Barça y la
Real Sociedad. Por eso y por los años que lleva jugando transmitió una tranquilidad que sus compañeros agradecieron. "Me he sentido muy cómodo, muy tranquilo, con ganas de hacerlo bien, de aportar y de empezar con buen pie", afirmaba el suramericano, que era la imagen de la "felicidad". "Estoy feliz porque es un premio al esfuerzo. Teníamos que haber marcado algún tanto antes, dimos dos balones en el larguero, con el balón fuimos mejores... pero nos vamos muy felices porque superamos a un rival que en casa es fuerte, que incomoda", señaló.
El campeón chileno también tuvo palabras para su compañero Joel y para el resto del grupo. "Con Joel no es una disputa sino que
nuestro papel es sumar al grupo, poder aportar desde todos los frentes. En otros partidos también me va a tocar ayudar desde fuera. Cuando todos apoyamos se logran los objetivos. El equipo no es de once es de todos", concluía.