LaLiga 20/21 arranca en las próximas horas. En el caso del Betis, el nuevo curso se estrena este fin de semana en la otra punta del mapa de España, en el vitoriano estadio de Mendizorroza ante el Deportivo Alavés, en el que será el debut oficial de Manuel Pellegrini como entrenador del conjunto verdiblanco.
El chileno afronta esta nueva etapa de su prestigiosa carrera en los banquillos con sólo tres fichajes a coste cero (cinco, si se cuentan a Aitor Ruibal y Paul Ankoukou) y con dos retos primordiales. Por un lado, demostrar que esta plantilla es mucho más aprovechable de lo que se vio la pasada campaña y, por otro, aportar la estabilidad que tanto necesita la entidad heliopolitana y asentar por fin un proyecto, tirando del cable y desenchufando la tan activa trituradora de técnicos que hay en el Benito Villamarín: en los últimos 15 años, sólo dos lograron terminar el curso.
Después de subir a Primera división de la mano de Luis del Sol, sustituto de Fernando Vázquez, se puede decir que el siglo XXI comenzó con mucha estabilidad en el banquillo del Betis. Juande Ramos completó la 2001/2002, Víctor Fernández hizo lo propio en la 02/03 y en la 03/04 y Lorenzo Serra Ferrer, en su segunda etapa en la entidad, estuvo otros dos: en la mágica 04/05, con la Copa del Rey conquistada en el Vicente Calderón y la clasificación para jugar la Champions League, y también en una agridulce 05/06.
Luego, a partir de la marcha del balear en la 05/06, sólo dos técnicos han sido capaces de completar una temporada: Pepe Mel, que estuvo tres temporadas seguidas y fue destituido a la mitad de la cuarta, y Quique Setién, quien llegó a un acuerdo con el club para rescindir su contrato después de dos temporadas muy intensas y repletas de altibajos, además de con una enconadísima relación con el beticismo.
Mel llegó en 2010 después de cuatro años seguidos con nueve relevos en el banquillo del Benito Villamarín. Lo mismo sucedió con Setién en 2017, después de otros cuatro cursos en los que el Betis cambió de técnico en otras nueve ocasiones.
El sucesor del cántabro fue Rubi, que se convirtió en la primera de muchas víctimas en la reanudación de LaLiga tras el parón por el coronavirus y que tampoco pudo completar su primer proyecto con los de La Palmera, un club demasiado acostumbrado ya a cambiar de entrenador. Pellegrini intentará romper con esta dinámica.
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