Un total de ocho jugadores que estaban cedidos la pasada temporada regresarán en las próximas semanas a la disciplina del
Betis y, salvo
Yassin Fekir -que se convertirá
en el primer refuerzo del filial en Segunda B-, el resto todos vuelven con la intención de aprovechar a su favor el cambio de proyecto y
convencer a Manuel Pellegrini de que les permita tener una
segunda oportunidad para triunfar con las trece barras. Uno de ellos es
Víctor Camarasa, quien curiosamente
ya fue objetivo del chileno cuando entrenaba al West Ham; pues el club londinense trató de aprovechar que en Heliópolis colgaron al valenciano el cartel de transferible.
Entonces, el
encuentro entre Camarasa y Pellegrini se vio frustrado. Ahora, tienen una
segunda oportunidad. La tienen ambos. El centrocampista de 26 años, que tiene
contrato con el Betis hasta 2022, quiere encontrar estabilidad para echar raíces después de su exitosa cesión en el
Cardiff City, el estrepitoso paso por el
Crystal Palace y la positiva experiencia de los últimos seis meses en el
Alavés, donde ha vuelto a jugar con asiduidas y ha podido recuperar sensaciones que le hacen llegar
a la pretemporada con confianza en sus posibilidades de quedarse o de encontrar un buen destino.
El técnico, por su parte, tendrá la ocasión de comprobar si, como pensaba hace un año, el de Meliana
encaja en su librillo. El verano pasado, el West Ham no se decidió a hacer una oferta en firme después de tantear a un Betis que consciente de que, por edad y por su gran papel en la Premier en la 18/19, tenía ante sí una
importante vía de negocio. Su venta se hacía incluso más necesaria al no entrar en competiciones europeas y al no encajar en el estilo de juego de
Setién.
Tanto es así, que desde Heliópolis aprovecharon la negociación del traspaso de
Sergio León al Levante para hacerse con
el 20 por ciento restante del pase de Camarasa, cifrado en
dos millones de euros. 'Novias' no le faltaban, tras rendir a altísimo nivel en el Cardiff. El Betis, al que le costó
en total unos 11 millones su contratación, solicitaba entonces
entre 18 y 20 kilos por su venta; cantidad a la que no llegó el West Ham de Pellegrini ni el resto de equipos que preguntaron. La decisión fue volver a cederle y
no les salió bien a ninguno.
Ahora, todos tienen otra oportunidad. Y con ese objetivo entre ceja y ceja afronta estos días de vacaciones el centrocampista, que sabe que reúne
características que a priori
cuadran en el ideario del preparador chileno y que, además de disfrutar de la compañía de su familia en tierras levantina,
se entrena a diario para no perder el tono y regresar en el
mejor estado físico posible a ese encuentro con Pellegrini que se hace un año se vio frustrado. Quiere quedarse ().