Lo de
David Silva y el Betis parece una
relación imposible.
ED ya adelantó hace casi cuatro meses que los verdiblancos habían sondeado a los dos canarios que terminaban contrato este verano en la Premier y quedaban libres, pero que la competencia es alta, por lo que resulta
complicado que aterricen en Sevilla. La llegada al banquillo heliopolitano de
Manuel Pellegrini, con el que el de Arguineguín coincidió en el
Manchester City, podría ser una baza a favor, pero el poderoso caballero que todo lo condiciona rompería la balanza.
Y es que Silva cuenta con
propuestas de sobra para seguir en Europa a sus
34 años. Ya ha comentado en alguna ocasión que le gustaría retirarse en
Las Palmas, pero no entra en sus planes jugar en
Segunda. Además,
Betis, Valencia y Lazio ofrecen al zurdo opciones para prolongar un poco más su dilatada carrera, si bien la amenaza real llega de las
Ligas exóticas. Por ejemplo,
David Beckham insiste en que el atacante abandere su nuevo proyecto en el
Inter Miami, siendo un gran 'gancho' para la amplia
comunidad hispana de Florida, al tiempo que el
Vissel Kobe de Iniesta le espera con los brazos abiertos en Japón.
El centrocampista canario deberá pensarse bien su
próximo paso, aunque ha recibido una
tentación difícil de ignorar y contra la que pocos o ninguno pueden competir. El Betis no, por supuesto. De esta forma, el
Al-Duhail, líder de la
Liga qatarí, querría aumentar un arsenal que ya engordó en enero pasado con
Mario Mandzukic, a quien están pagando
cinco millones de euros limpios por temporada. La propuesta a Silva sería incluso mejor en lo monetario, de
6-7 kilos, pues en el país árabe quieren reunir las máximas estrellas posibles para promocionar el
Mundial de 2022.
Por tanto, de terminar eligiendo el Betis o el Valencia, por ejemplo, se trataría de una decisión más con el
corazón que con la
cabeza, tirando de sus sentimientos y no del afán recaudatorio, complicado de eludir cuando estás a las puertas del
último gran contrato de su carrera. Quizás los
rebrotes de la pandemia de coronavirus persuada a Silva de dejar las aventuras y afincarse definitivamente en
España, aunque, por ahora, su elección no está hecha.